Dirigido por Andrew V. McLaglen, es una cinta que narra la historia de Rem Anderson, un hombre que resulta gravemente herido durante el atraco a un banco y es abandonado por sus cómplices y su novia.

Después de cumplir un año de prisión, Rem sale de la cárcel con la única idea de pedir cuentas a sus viejos compañeros, a los que no tarda en encontrar en un pequeño pueblo del desierto. Y empieza el juego del gato y el ratón, incluido un pistolero a quien los antiguos compañeros de atraco han contratado para matarlo a cambio de cinco mil dólares

Es un western de suspense, entretenido e interesante, de esos que solemos llamar serie B. Pero aunque modesto en cuanto a presupuesto y recursos, dosifica bien la acción, y el guion de Burt Kennedy saca partido de un argumento no demasiado original pero sí bien planteado.

Destaca la presencia de la joven y bellísima Angie Dickinson (la mejor), bien igualmente Jamess Arnes y Robert J. Wilke (un clásico que está también sensacional). Sensacionales el resto de las figuras de reparto. Excelente fotografía en blanco y negro a cargo del maestro William H. Clothier.

“Matar a un hombre” es una película más que decente, realizada con probidad, comparable a series de antañazo, de mi infancia y que tan bien recuerdo y con las que tanto disfruté como Sugarfoot, Bronco Lane o Cheyenne.

Son apreciables el uso de una cámara nerviosa y dinámica y los momentos de tensión en las escenas del Saloon, amén de buena BSO de Henry Wars.

En suma, aunque no es ninguna gran peli, ofrece una experiencia entretenida dentro del género que debe interesar a los aficionados de las pelis del oeste.