Cruce de historias de diferente intensidad, una potencia de patente desnivel donde la fuerza intempestiva con la que comienza el primer relato va, poco a poco, dejando paso a una clara debilidad en su no acertada continuidad de los personajes. La energía, frescor y bravura de un perfecto Ryan Gosling no tiene su continuación en el relato de Bradley Cooper aunque, por momentos, parece que vaya a cumplir los requisitos marcados -había mucho más que decir de esta historia-; si hablamos ya del tercer relato, la pérdida de solidez y firmeza es demasiado evidente -parecen restos con los que rematar un desvío total de las intenciones primeras-. Un "de más a menos" que no tiene porque enturbiar ni ensombrecer la buena dirección, el acertado guión y los detalles evidentes de unas historias que podían haber dado mucho de sí pero que nadie supo encararlas en la dirección correcta. Seguramente, el trailer te creará unas previsiones que sólo a medias se cumplirán; y su duración no te ayudará en ese sentido. Hubiera sido más acierto explotar la primera -incluso la segunda, pero bien definida en su evolución- que abarcar tanto; la sensación de "con lo bien que empieza, y que desastre por donde me lleva al final" será inevitable. Parece que el director, conforme va progresando el film, descuida u olvida sus intenciones primeras exhibiendo un claro descarrilamiento en este medio fallido cruce de caminos.