Esta película se presta a muchos comentarios nostálgicos sobre el niño o niña que fuimos, cómo se cambia de adultos y muchas cosas más que se pueden leer aquí, casi todas acertadas.
Pero lo mejor es entenderla modo cuento, en el que cabe todo. Y así todo es creíble, no es una película de muñecos sino de personas, porque esos muñecos lo son, en especial Winnie.
Dicho eso, la película discurre sobre una única idea, la reconversión en niño. Y a eso se dirigen los efectos especiales, que son muy buenos. Y la fotografía y el paisaje.
McGregor tiene suficientes tablas para cargar con el peso de la película, con toda credibilidad.
Así que los niños de todas las edades disfrutarán viéndola.