Es lamentable que esta gran película no tenga ni una crítica. Hay que recuperar el buen cine, aunque minoritario, que se hizo en España en los años 40, 50 y 60, además de los nombres de. Bardem, Berlanga o Saura.
Jesús Yagüe, en Los flamencos, hace un cine directo, con diálogos chispeantes, con un blanco y negro prodigioso.
A quienes aprecien el cante hondo de verdad les parecerá una delicia, porque cantan los mejores de aquel momento.
Está además retratado el mundo gitano sin tópicos y con claridad. Julián Mateos interpreta aquí de forma que nada tiene que envidiar a los mejores. Mateos, que entendía de cine. A él, como productor, se deben Los Santos inocentes, El viaje a ninguna parte y El niño de la luna.
Si se compara esta película con la mayorÍa de lo que se hace hoy en el cine español se verá diferencia. No todo el pasado fue mejor pero en este caso sí.