La peli es bastante excéntrica, eso es bueno. Un poco de creatividad nunca está de más, pero se suele echar de menos.

Cargada de humor negro, ésta es una historia de amistad, llevada hasta las últimas consecuencias, entre un par de sicarios que pasan unos días en Brujas. Y Brujas es PRECIOSA. Sólo por ver el retrato que se hace de la ciudad, merece la pena ver la peli (no voy a negar mi afición al canal Viajar.... y a viajar en general) Estos dos sicarios haciendo turísmo me han divertido bastante, e incluso me he identificado con alguna situación. Mientras uno quiere visitar plazas e iglesias, el otro quiere ir al pub, y mientras discuten el plan se va forjando una fraternal amistad... pero entre tanta armonía aparece el villano RALPH FIENNES. ¡Qué grande! Y ya se sabe, como rezan los azulejos esos de las tiendas de souvenirs "hace un día estupendo, seguro que aparece alguien y lo jode"

El guión se mueve entre la comicidad, la acción y el drama, ya que el personaje de Colin Farrell sufre lo suyo al cargar sobre su conciencia un hecho atroz, del que se sabe culpable y con el que no consigue aprender a vivir. Y, por cierto ¿qué le pasa a Farrell en las cejas? Parecen dos ratas muertas y no para de moverlas ni un sólo segundo... es un poco grimoso.

Martin McDonagh debuta con esta comedia que destaca por su buen rítmo, su guión inteligente y su buena factura en general, destacando la excelente fotografía (e iluminación) que fomenta esa imagen de cuento de hadas que posee Brujas, de la que se mofan los personajes de la peli.

Sobre todo, es una peli muy divertida, como deberían de serlo todas (pero no lo son)