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Voto de VALDEMAR:
10
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10
8.1
90,907
Thriller. Intriga. Drama
Benjamín Espósito es oficial de un Juzgado de Instrucción de Buenos Aires recién retirado. Obsesionado por un brutal asesinato ocurrido veinticinco años antes, en 1974, decide escribir una novela sobre el caso, del cual fue testigo y protagonista. Reviviendo el pasado, viene también a su memoria el recuerdo de una mujer, a quien ha amado en silencio durante todos esos años. (FILMAFFINITY)
28 de septiembre de 2009
28 de septiembre de 2009
448 de 478 usuarios han encontrado esta crítica útil
Finalmente, El secreto de tus ojos se ha quedado fuera del palmarés de San Sebastián. Deseando estoy de ver las películas que el jurado ha decidido galardonar en detrimento de ésta, porque tienen que ser excepcionales, excelsas, únicas…. o eso, o lo del jurado ha sido un fallo garrafal, cosa ésta bastante común en la historia del festival.
Yo, personalmente, no me lo creo. No creo que se haya presentado a concurso una película mejor que ésta, mejor dirigida, interpretada o escrita que ésta. No me lo creo, porque existen pocas películas mejor dirigidas, interpretadas y escritas que ésta. Alguna existe, pero pocas.
Campanella hace un apabullante retrato de lo cotidiano. Invita al espectador a presenciar momentos de la vida de sus personajes, que aunque, como público, sólo conozcamos desde hace unos minutos, nos bastan para sentirnos completamente dentro, cómplices de esos momentos. Nos son conocidos y están retratados de tal manera, que te olvidas de que estás en una película y penetras directamente en la piel de los personajes. Y es tal la complicidad entre todos los actores, que el realizador consigue que se contagie al espectador, de tal manera que si los personajes se entienden entre ellos sin necesidad de hablarse, el espectador comparte a su vez esa complicidad y también los entiende, sin necesidad de que sus sentimientos se plasmen en un diálogo. Aunque, cuando los diálogos fluyen lo hacen cual literatura de la buena, no se ahorra en narrativa ni en poesía. No sobra nada ni mucho menos falta. El guión es una filigrana tan bien compuesta, tan trabajada y redonda, que permite al espectador emocionarse, divertirse, reírse y olvidarse de todo lo demás. ESTO ES CINE. No siempre pasa.
El secreto de tus ojos es un policial, es una historia de amor de las buenas, es, por momentos, una comedia, es, en conjunto, una obra redonda y maravillosa.
La interpretación de Darín y Villamil está por encima de cualquier calificativo. Esta pareja no actúa, vive y consigue que el espectador viva con ellos. El resto de los actores también lo consiguen, sólo que tienen menos peso y menos metraje.
Y Campanella, por fin, se deshace de lo que, para mí, era su mayor defecto, la sensiblería, y cuenta una historia emotiva y emocional carente de ñoñería y artificios. Consigue, pues, aparentar una fluida sencillez en lo que, sin duda, ha sido un trabajo minucioso, una obra de ingeniería.
¡Qué guión! ¡Qué actores! ¡Qué película, señores! Que nadie se la pierda.
Yo, personalmente, no me lo creo. No creo que se haya presentado a concurso una película mejor que ésta, mejor dirigida, interpretada o escrita que ésta. No me lo creo, porque existen pocas películas mejor dirigidas, interpretadas y escritas que ésta. Alguna existe, pero pocas.
Campanella hace un apabullante retrato de lo cotidiano. Invita al espectador a presenciar momentos de la vida de sus personajes, que aunque, como público, sólo conozcamos desde hace unos minutos, nos bastan para sentirnos completamente dentro, cómplices de esos momentos. Nos son conocidos y están retratados de tal manera, que te olvidas de que estás en una película y penetras directamente en la piel de los personajes. Y es tal la complicidad entre todos los actores, que el realizador consigue que se contagie al espectador, de tal manera que si los personajes se entienden entre ellos sin necesidad de hablarse, el espectador comparte a su vez esa complicidad y también los entiende, sin necesidad de que sus sentimientos se plasmen en un diálogo. Aunque, cuando los diálogos fluyen lo hacen cual literatura de la buena, no se ahorra en narrativa ni en poesía. No sobra nada ni mucho menos falta. El guión es una filigrana tan bien compuesta, tan trabajada y redonda, que permite al espectador emocionarse, divertirse, reírse y olvidarse de todo lo demás. ESTO ES CINE. No siempre pasa.
El secreto de tus ojos es un policial, es una historia de amor de las buenas, es, por momentos, una comedia, es, en conjunto, una obra redonda y maravillosa.
La interpretación de Darín y Villamil está por encima de cualquier calificativo. Esta pareja no actúa, vive y consigue que el espectador viva con ellos. El resto de los actores también lo consiguen, sólo que tienen menos peso y menos metraje.
Y Campanella, por fin, se deshace de lo que, para mí, era su mayor defecto, la sensiblería, y cuenta una historia emotiva y emocional carente de ñoñería y artificios. Consigue, pues, aparentar una fluida sencillez en lo que, sin duda, ha sido un trabajo minucioso, una obra de ingeniería.
¡Qué guión! ¡Qué actores! ¡Qué película, señores! Que nadie se la pierda.