Genial, derrocha imaginación. Los escenarios, el humor, la banda sonora y la historia son increíbles. Una película para todos los públicos donde niños y mayores disfrutan cada minuto. Podría verla mil veces y seguiría bailando "Banana Boat" como si fuera la primera vez que la escuchase.
Morir en la imaginación de Tim Burton se convierte en toda una aventura con manual de instrucciones y trámites burocráticos donde algunos fantasmas trabajan y otros quedan atrapados entre los vivos. Los personajes no tienen desperdicio alguno, desde los funcionarios, pasando por el barbero del pueblo, hasta los mismos protagonistas. Una niña incomprendida, unos padres excéntricos, una pareja caída en desgracia y un fantasma con pocos escrúpulos consiguen adentrarnos en un mundo en el que todo es posible.
Puertas a otros mundos y monstruos de arena son algunos de los detalles que no pasan desapercibidos para el espectador.
Una obra maestra.