En el contexto de la Segunda Guerra Mundial, unos oficiales americanos de color, son asignados a una barraca de gente de su país, bajo las órdenes de Macnamara. Ocurre que, no exclusivamente el racismo parece ser un estereotipo nazi, ya que uno de los prisioneros, con violencia verbal rechaza a los nuevos presidiarios. Entre otros incidentes, ocurre un crimen y uno de los oficiales negros, prima facie culpable de un crimen contra un connacional, va a ser ejecutado por el jefe del campo de concentración. Por esta causa, se le solicita a este oficial nazi se acceda a que los mismos americanos puedan discernir por medio de una corte marcial si fue o no el autor del asesinato. El jefe del campo parece ser contemplativo, y admite el juicio...estos no son más que algunos de los ejes fácticos que incluye la trama que interpola un vibrante curva argumental. Además, se estampan en el argumento otras cuestiones de tipo moral en aspectos relacionados con la pulcritud del juicio, como la posibilidad o no de la excusación y recusación de jueces, abogados y fiscales en disparidad de condiciones, la autoincriminación o no, etcétera. Es decir, que es una película que abreva en disímiles asuntos que van desplegándose en su decurso, Fílmicamente, en todas las esferas me pareció irreprochable, por lo que poco podría objetarse si fuera del caso.