La película versa sobre los castigos infringidos en un presidio del ejército británico -sobre soldados de ese mismo origen- por dispares infracciones, como deserción, golpes contra superiores, etcétera. En el caluroso desierto africano, se erige un montículo de arena, de altura considerable que, de modo insistente, los presidiarios con la mochila sobre las espaldas, deben trepar y bajar. Siguiendo los reglamentos del presidio, las víctimas permanecen trotando sin solución de continuidad, aún cuando acuden a buscar con sus recipientes la comida. Además, todo acompañado con permanente maltrato verbal y humillaciones. Todo esto, naturalmente, acusa un mal pronóstico, puesto que los excesos pueden producir declinaciones físicas de distinto tenor, la pérdida del juicio y aún la misma muerte. Sobre estas premisas fácticas se asienta el film, que exhibe muy buenas actuaciones, tanto de los protagonistas principales como de los roles secundarios, y es acertada también desde el punto de vista dialógico. Recomendable.