Tal día como hoy, pero de este mismo año, el mundo disfruta todavía del placer de contar con Clint Eastwood entre sus moradores. Un Clint Eastwood que, gloria eterna del Cine, es nexo indispensable entre un ayer maravilloso lleno de silbidos evocadores, de guitarras melancólicas, y esta época procelosa, cuando apenas hay ocupación para el que no sabe disparar.
POR UN PUÑADO DE DÓLARES, a su vez, es fiel exponente del spaghetti western: magnéticos primeros planos, pueblos polvorientos de paredes encaladas y chimeneas de piedra y música de Morricone. Componentes todos, o casi todos, de las facturas de Sergio Leone, responsable casi absoluto de que Clint Eastwood, bajo el sol de este Marzo, sea uno de los más insignes moradores de este mundo y huésped ineludible en nuestros corazones.