Hermosa película, una de las sorpresas del año. Un romance sincero y apasionado filmado sin trampas ni artificios, con una pareja protagonista absolutamente entregada a la historia, ofreciendo unas actuaciones magistrales y conmovedoras.

No hay lugar para el melodrama, los momentos más emotivos están justificados y llegan a su debido tiempo. Los actores interpretan igual que respiran, con una naturalidad increíble. Las palabras, y sobre todo los silencios y los gestos, están llenos de significado. Lo que no puede transmitirse con palabras se transmite con miradas.

Muy bien conseguidos los saltos temporales, tanto en el guión como en la caracterización de los personajes. De hecho toda la ambientación de época es sobresaliente. Además, en la versión original se observan diferentes accentos del inglés según el lugar.

En fin, un drama romántico de gran altura con suspense hasta el final. Imprescincible.