A ratos resulta estúpida, frívola e insustancial. Los intérpretes poseen talento, son buenos, sí, todos, por lo que el principal culpable del fracaso nuevamente es el pobre argumento, carente de garra, mala leche y sobre todo, de originalidad. Como viene siendo habitual en los últimos tiempos, vamos. Sin embargo el filme remonta puntos gracias al ritmo creciente que presenta de cara hacia el final, lo que permite que la película sea entretenida, a diferencia de otras comedias más aclamadas, incluso con algunos intérpretes de esta. Es el caso de las flojas secuelas 'Los padres de él' y la posterior 'Ahora los padres son ellos', que se aprovecharon descaradamente del éxito de la primera e intentaron repetir éxito tan solo a base de mantener la esencia de los personajes, dando un resultado que a nivel personal catalogo como muy desafortunado. El dicho repunte que se debe al tópico y trillado discurso final es más de la cadena de montaje que de otra cosa, pues desgraciadamente ves que el filme es uno más de esos estúpidos de USA, en los que sale la misma gente acomodada, con chascarrillos y situaciones sin demasiada gracia en la gran mayoría de los casos, pero bueno, sirve para que yo decida otorgar un cinco en la escala del 1 al 10, que ofrece esta web que no olvidemos, no es un aprobado técnico (lo sería un 5.5, por consiguiente un 6). Lo dicho, originalidad poca, todo se reduce a una sucesión de absurdas estupideces. De eso sí que hay, todas las que quieran. Prefiero aplaudir a los actores, al gran Robert De Niro, a Diane Keaton, que ha hecho una interpretación sublime, a la irreverente y tan incorrecta Katherine Heigl y al difunto Robin Williams, al que ahora uno entiende muy bien acerca de cuando corrían rumores de que no le gustaban en absoluto los papeles que se veía obligado a aceptar, todos sin alma, sin sentimiento ni fundamento, fruto del desecho cinematográfico que las productoras, al ver que el espectador lo acepta consumir, no deja de producir en vez de tratar de crear algo mejor y de mayor calidad.