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Voto de El Extranjero :
5
Bélico. Drama Narra la historia de Desmond Doss, un joven médico militar que participó en la sangrienta batalla de Okinawa, en el Pacífico durante la II Guerra Mundial, y se convirtió en el primer objetor de conciencia en la historia estadounidense en recibir la Medalla de Honor del Congreso. Doss quería servir a su país, pero desde pequeño se había hecho una promesa a sí mismo: no coger jamás ningún arma. (FILMAFFINITY)
7 de septiembre de 2022
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sé que encuentro más aterrador: que la gente se aliste voluntaria para ir a morir a masacres como esta o la ignomiosa ley Marshall que impone el reclutamiento obligatorio, atentando contra los Derechos Humanos de las personas, despojándoles de su derecho de decidir el destino de su vida. La inculcación de sentimientos patrióticos por parte de los legisladores me parece una de las manipulaciones más dantescas y genocidas que pueden existir. ¿Qué problema tienen entre sí estas personas que se están matando? ¿En qué radica exactamente la falta de entendimiento que los ha llevado hasta ahí? Se encuentran ahí, dando su vida, por defender los viles intereses de los poderosos, tras haber sido manipulados y engañados. Sus mentes débiles e inmaduras no encontraron la motivación necesaria para desear llevar una existencia armoniosa, por eso sucumbieron a la adrenalina que puede proporcionar un evento como participar en una contienda armada y a la necesidad de ser reconocidos y ensalzados por su "patria" (la carencia emocional está presente).

Esos pensamientos eran los que se me venían a la mente mientras visualizaba esta película. Pero en el caso de nuestro protagonista, Mel lo asocia con la necesidad de exponerse al sufrimiento como experiencia catártica que permite la iluminación, esto es tomar la consciencia acerca de la existencia de Dios.

Otra cosa sobre la cual medité es que cada uno puede dar solamente lo que puede/tiene, y no es posible exigirle más. Cuando nos topamos con una persona cuya lógica o naturaleza no entendemos, nuestra reacción innata es la de menospreciarla puesto que es lo más cómodo, no teniendo en cuenta que cada uno arrastra unas circunstancias de vida que lo han llevado a ser como es.

Más que cosa de iluminación religiosa, para mi la fobia hacia las armas del protagonista radica en el traumático incidente sucedido en la infancia en el que casi mata a su hermano en una pelea: ahí fue cuando tomo conciencia del alcance de la gravedad que implica el uso de armas, aunque por otro lado los principios bíblicos por los que se rige son una estricta consecuencia cuando no sostén de su filosofía.

Su hazaña tiene sentido porque la fé mostrada en momentos puntuales es determinante (las circunstancias comienzan a jugar de tu parte) y escapa a una explicación lógica, aunque ahí entra en juego también la pasión que le pone un versado/profesional en su competencia. Y ese binomio es infalible.

No obstante no empatizo demasiado con el protagonista porque sigo sin entender (mejor dicho sin compartir) qué se le ha perdido ahí. El romance es trámite obligado (a Mel le interesaba contar otra cosa), tiene un desarrollo inexistente. No obstante el personaje del padre (excelentes Weaving y Juan Carlos Gustems -su doblador-) aparece como una amarga premonición de lo que le espera a un veterano de guerra en el caso de sobrevivir, solo a eso queda reducido, a alcohol, desilusión y a violencia. Dolor y trauma, nada más.
El Extranjero
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