Buen trabajo el de los creadores del trailer, que consiguen engañarnos lo suficiente para que parezca que la película va a estar entretenida.

Una película que no hará daño a nadie al verla un sábado después de comer. Evidentemente dirigida a niños, no se toma a sí misma demasiado en serio (y es algo que se agradece, otras como 'Soy el número 4' o 'Eragorn' cayeron en este error). El ritmo a veces se ralentiza mucho, pero no llega a ser pesada en parte por los chascarrillos que aparecen (un acierto). El guión es una tontería, pero inofensiva, quiero pensar que con algo de esfuerzo y creatividad podría haber sido una película de aventuras entretenida, pero no, probablemente me engaño.

Los dos insulsos protagonistas jóvenes tienen actuaciones irregulares y planas (el chico tiene menos recursos que Mario Casas tras quitarse la camiseta, la chica es mona y nada más), mientras que los adultos te dejan la sensación de que la película hubiera mejorado si sólo aparecieran ellos. El escasísimo desarrollo de los personajes hace que sus supuestos dilemas no importen un pimiento, por ejemplo: te acabo de conocer y ya te quiero, ni un perrito lo hace tan pronto oiga.

Es especialmente destacable el papel de algunos malos, que aparecen en la película así: este es el malo que hace X o se transforma en tal bicho, mata un par de personas (soldados anónimos, claro), muere. Cuando los presentaban parecía que hablaban de enemigos formidables.

La banda sonora acompaña y ambienta y es probable que sea lo mejor de la película. La fotografía sólo resalta un poco en un par de ocasiones, en el resto es obviable.

Si quieren ver algo para niños con mejor calidad y carisma, vean Willow. Sus hijos de 7 años lo agradecerán.