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España España · Málaga
Voto de Kaori:
8
Drama. Comedia Lester Burnham (Kevin Spacey), un cuarentón en crisis, cansado de su trabajo y de su mujer Carolyn (Annette Bening), despierta de su letargo cuando conoce a la atractiva amiga (Mena Suvari) de su hija (Thora Birch), a la que intentará impresionar a toda costa. (FILMAFFINITY)
9 de junio de 2013
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sam Mendes, británico, rueda una película sobre el estilo de vida norteamericano. Eso es lo que dicen. Yo creo que Sam Mendes, artista, rueda una película sobre el estilo de vida contemporáneo. Y sí, hay mucha belleza en el mundo. ¿Es que no la veis?

Lo primero que tengo que resaltar de «American Beauty» es el trabajo interpretativo de todos los actores, punto fuerte de esta película. Kevin Spacey nunca ha estado mejor, descomunal en su apatía, mitad pardillo, mitad seguro de sí mismo; Annette Bening, insuperable, con una escena en un armario que pone la piel de gallina. De los jóvenes, tenemos a un enigmático Wes Bentley con monólogo sobre una bolsa que no es más que «una triste excusa» para expresar el miedo que domina su vida y una Mena Suvari antológica entre las rosas, pero, sobre todo, envuelta en una manta con los ojos llorosos. Lo de Chris Cooper ya pertenece a otro mundo. Su escena bajo la lluvia es de esas que no se olvidan, y voy a atreverme a decir que es posiblemente la más brutal, la más demoledora, la más dolorosa y quizá la más bella de toda la película. Ved su rostro, ved su expresión. Lo dicho: brutal.

Claro, que también hay que decir que cada uno de estos actores tiene la suerte de interpretar a personajes consistentes, cohesionados, coherentes y bien construidos, aunque no dejen de tener mucho de estereotipo, algo que quizá se podría haber pulido. Sea como sea, la complejidad de la historia la aportan ellos, todos frustrados, insatisfechos, infelices, extraños entre amigos y entre familiares; extraños a ellos mismos, ansiando algo más que ni siquiera saben qué es. El guión va desarrollando la vida de cada uno de estos seres humanos con precisión, otro acierto indiscutible, hasta un desenlace donde todo, hasta el más mínimo detalle y en apariencia intrascendente diálogo, cobrará un sentido asombroso. Nadie es malo, nadie es bueno, pero sí hay formas equivocadas y acertadas de ver la vida, valores y personas que importan y valores y personas que no, y eso mismo descubrirá el protagonista Lester en un minuto de sobrecogedora clarividencia. También se puede madurar a los cuarenta y dos años.

Película pausada, divertida por momentos, dramática otros y que oculta, al igual que nosotros mismos, todo un trasfondo complejo lleno de matices pese a la fachada de acidez y marihuana superflua. Hay tanta belleza en el mundo. Párate y observa.
Kaori
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