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España España · Málaga
Voto de Kaori:
3
Drama Viena, 1938. Los nazis acaban de anexionarse Austria y el notario Josef Bartok sabe que está en grave peligro. Mientras se prepara para huir, es detenido por la Gestapo y encerrado en un hotel reconvertido en prisión. Solo saldrá de allí si colabora con los nazis. Bartok no está dispuesto a ceder. Pero aislado, la soledad empieza a hacer mella en él hasta que consigue robar un libro de ajedrez, que será su punto de apoyo para mantenerse ... [+]
18 de mayo de 2024
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Qué absoluta porquería han hecho con «Novela de ajedrez», título que nunca me ha convencido; para mí sería mucho más correcto «El libro de ajedrez». Sea como sea, esta obra póstuma de Stefan Zweig no tiene nada que ver con la adaptación de Philipp Stölzl, y aunque no está bien comparar, ni se debe, lo siento pero me es imposible.

Así que comparemos un poco, por encima. «Novela de ajedrez» es la historia sobre una obsesión: el ajedrez. Los avatares políticos son el contexto, el germen, pero no el protagonista. La idea de un hombre enfermo de ajedrez es tan misteriosa como alucinante. Un noble vienés de nombre desconocido que sufrió la prisión nazi y se perdió en un infinito tablero de ajedrez mental. Es muy posible que Borges se inspirase en Zweig para su propia literatura, lo que nos da un indicio de la auténtica esencia de la obra.

Sin embargo, partiendo de este material, «The Royal Game» viene a ejemplificar todo lo que está mal en el cine contemporáneo, y esto es aparte de la novela; es decir, que sin el libro la película sería igual de plasta: narración caótica, drama moderno en el que un señor con cara de pena va dando lástima por ahí en todo momento de la manera más obvia; mucha exposición del sufrimiento; sueños y fantasías para hacer mover el argumento; y un retrato de la vida, del ser humano, que paso a explicar a continuación.

Fijaos en lo negativa que es la visión del mundo y de las personas. El que organiza las partidas es frívolo e interesado; lo primero que hacen los pasajeros es reírse de Josef y mirarlo mal. Supongo que como hombres blancos ricos de los años cuarenta, posiblemente no comprometidos con la democracia tal y como la conocemos, tienen que ser despreciativos y malvados. No hay rigor ni respeto. Con esa premisa, «The Royal Game» se limita a eso, a que se vea claro que todo es horrible y que Josef sufre mucho, y el ajedrez pasa así a un segundo, o tercer plano, que hace que la historia se quede por tanto sin vidilla ni sustancia.

Sin elegancia, pobre y basta. Máxima decepción.
Kaori
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