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España España · Málaga
Voto de Kaori:
8
Acción. Drama En el Shangai de 1908, Chen Jeh (Bruce Lee) es un estudiante de artes marciales que, al regresar a su escuela, descubre que su maestro ha fallecido. Tras la insultante visita durante el funeral de los representantes de una escuela japonesa de artes marciales, en la cual les llaman “Enfermos de Asia”, Chen acude a darles una humillante lección y hacerles tragar sus palabras. Sintiéndose el hazmerreir de todos, los japoneses desatan una ... [+]
11 de junio de 2011
25 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues yo lo siento mucho, pero le planto un ocho, por muy malos decorados que tenga, por muy mala que sea la caracterización de ese 1908; y por muy cogido con pinzas que esté el guión: disfraces del protagonista que me recordaban al gran Mortadelo y malvados que cuentan sus planes justo cuando el héroe les espía.

Pero, ¿y qué? ¿Acaso importa? Claramente, no. Porque estamos hablando de artes marciales y estamos hablando de Bruce Lee. BRUCE LEE. Admito mi (probable) incapacidad para ser objetiva tratándose de este hombre, pero es que él basta y sobra para sustentar cualquier película. No es que sea un maestro en el combate, es que va más allá de eso: es la potencia de su físico, son sus movimientos, es su actitud de desafío, de rabia, de fuerza; es la personalidad arrolladora que arrolla y fascina al espectador, que no puede dejar de observarle en la pantalla una vez se prepara para la lucha.

Lucha, además, impecable. Nada de tirarse media hora dándose patadas y puñetazos ruidosos, a cual más rocambolesco y llamativo, mientras se rompe todo lo que hay en una habitación y se desplazan de un lado a otro. Nada de tonterías. Aquí los enfrentamientos son concisos, sobrios, donde los contrincantes se paran, se ponen en guardia, se miran, avanzan, se defienden... todo de forma realista y, precisamente por eso, verdaderamente espectacular. Si alguien es capaz de ver a Bruce Lee en acción y quedarse impasible, que por favor me lo diga

Además, también hay que reconocer que la película plantea una buena y entretenida historia, aunque simple en apariencia, que no decae ni llega a aburrir. Los dilemas morales son constantes e incluso el protagonista, Chen, tiene la suficiente profundidad psicológica como para que enganche e interese al espectador. A parte de que esa última toma de la película, esa última imagen de Bruce Lee, es soberbia y te deja (me deja) con el corazón en un puño.

Termino con una encarecida recomendación: si aún no conocéis su filmografía, no sé a qué esperáis. Totalmente recomendable. Diría más: imprescindible.
Kaori
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