Es interesante como la mirada de una mujer puede retratar de manera brillante y con tanto realismo la subjetividad de estos alienados soldados americanos, con la pulsión de muerte a flor de piel. Hace agua en la historia, la trama no termina de atrapar, se transforma en un exceso de adrenalina y situaciones de riesgo. También se deja de lado otros planos de esta absurda guerra, como lo es el verdadero padecimiento de los habitantes invadidos y se olvida de aquellos soldados que cometieron aberrantes violaciones a los derechos humanos. A pesar de ser un film bélico crítico, bello, singular, tecnicamente impecable, no deja de caer una vez más en presentar a los temerarios americanos como los buenos de la película.