Realmente sería pretencioso por mi parte escribir algo sobre una de las mejores películas de todos los tiempos. Pero al ver que la media de votaciones de esta película no logra el notable, me he sentado a meditar, a entender que puede llevar a alguien a votar menos de un 7 a esta obra maestra.

Conan, el Bárbaro te puede gustar o no, puedes identificarte o no con el personaje, con la historia, compartir o no lo los valores y acciones que el bárbaro se ve avocado a sufrir y ejecutar. Pero es innegable que en un mundo donde no había ni 3D, ni arte digital, ni cámaras 4k, ni complejos estudios de marketing en redes sociales, en ese mundo antiguo, John Milius consigue orquestar, nunca mejor dicho, una auténtica epopeya, un orgasmo visual-sonoro con un soberbio Poledouris (lástima que no siga con nosotros). En una terreno tan difícil como es el género fantástico, donde al parecer sólo se acercaban los niños o los incipientes "frikis" del novedoso Dungeons&Dragons, Milius consigue crear una ambientación cruda, real, brutal y soberbiamente realista. Es impresionante como puedes llegar a entender a un personaje que apenas habla, con el que te puedes identificar o no, pero que está ahí, presente, casi a tu lado. Cualquiera a priori vería al Bárbaro como un bruto sin nada que ofrecer, pero tras sumergirte en la película, lo entiendes, lo asimilas, lo absorbes y lo haces casi tuyo.

Y eso, gracias a una lección magistral del arte del cine, de saber elegir los planos, la historia, la banda sonora, la fotografía, los actores... de lo que debe estar compuesto el cine. Lo demás es accesorio, la técnica también sino sirve a un fin mayor.