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Voto de Jark Prongo:
7

Voto de Jark Prongo:
7
4.5
9,854
Terror. Acción. Thriller. Comedia
El lago Victoria (Arizona) es un lugar que se llena de gente joven durante Spring Break, las populares vacaciones de primavera. De repente, se producen una serie de temblores submarinos que liberan unos peces prehistóricos antropófagos. Todos deberán unir sus fuerzas para sobrevivir a estas criaturas. Remake del clásico de terror dirigido por Joe Dante. (FILMAFFINITY)
30 de agosto de 2010
30 de agosto de 2010
163 de 194 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alexandre Aja no ha inventado nada ni lo inventara jamás, pero hay que reconocerle un buen hacer ejemplar y un pulso fílmico envidiable. Si ya nos dejó sentados con Haute Tension y aplaudiendo con los huevos tras su remake de Las Colinas Tienen Ojos, infinitamente mejor que la original de Craven, aquí nos da la perfecta película veraniega para el pajero cinéfago. Dejando de lado el grandísimo guión original de ese señor nunca bien ponderado que atiende al nombre de John Sayles, Aja nos lleva a las vacaciones de primavera del arquetípico pueblo yanqui con lago, sólo que al jolgorio se suman unos peces más feos que un centollo con pegatinas y con más hambre que la que podamos tener cualquiera de nosotros tras ir de farra tres días seguidos. Y se lía gordísima, claro, porque los pescaos son unos guardianes de la moral y no soportan que la gente esté por sus aguas en culos y trasegando como si las resacas no existieran.
La cosa no entra a piñón, como es normal en Aja, que sabe manejar los crescendos como pocos, y entre homenajes (Richard Dreyfuss cantando la canción etílica de Tiburón, camisetas y diálogos sobre los Pixies, etc. etc.), pezones como lonchas de mortadela y amagos de esos en plan “¡uy, que susto!” pero luego nada, se llega a un clímax ENORME que puede ser perfectamente una de las cosas mas bárbaras pasadas en salas comerciales desde los loquísimos setenta (Italia no cuenta, que ahí están enfermísimos): el fiestón en medio del lago se convierte gracias a la presencia de las pirañas y el buen hacer habitual de Greg Nicotero y Howard Berger en un festival de cosa loca de la buena. Es impresionante, de verdad. Da gusto ver tantas barrabasadas filmadas así. Porque aquí toda la carne, que era mucha y en forma casi siempre de teturcia, termina mutilada, de una forma u otra, incluyendo cameos splatter de Eli Roth y actrices porno. Y para colmo, con eso del montaje paralelo, Aja nos deja un yate con fiestón de los buenos (tetas, guiskas y alpiste de ministro) que deriva en el clásico “barco atrapado y sus ocupantes jodidos”, que no deja de ser una excusa para darle una muerte horrible y harto desagradable al tontaina de Jerry O´Conell. Que era verle poco antes de blanco y en pantalón corto con el turulo en la nariz y ya sabíamos como iba a terminar, pero Aja va más allá y nos sirve una escena que bien podría pasar por un anuncio radical de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción.
La cosa no entra a piñón, como es normal en Aja, que sabe manejar los crescendos como pocos, y entre homenajes (Richard Dreyfuss cantando la canción etílica de Tiburón, camisetas y diálogos sobre los Pixies, etc. etc.), pezones como lonchas de mortadela y amagos de esos en plan “¡uy, que susto!” pero luego nada, se llega a un clímax ENORME que puede ser perfectamente una de las cosas mas bárbaras pasadas en salas comerciales desde los loquísimos setenta (Italia no cuenta, que ahí están enfermísimos): el fiestón en medio del lago se convierte gracias a la presencia de las pirañas y el buen hacer habitual de Greg Nicotero y Howard Berger en un festival de cosa loca de la buena. Es impresionante, de verdad. Da gusto ver tantas barrabasadas filmadas así. Porque aquí toda la carne, que era mucha y en forma casi siempre de teturcia, termina mutilada, de una forma u otra, incluyendo cameos splatter de Eli Roth y actrices porno. Y para colmo, con eso del montaje paralelo, Aja nos deja un yate con fiestón de los buenos (tetas, guiskas y alpiste de ministro) que deriva en el clásico “barco atrapado y sus ocupantes jodidos”, que no deja de ser una excusa para darle una muerte horrible y harto desagradable al tontaina de Jerry O´Conell. Que era verle poco antes de blanco y en pantalón corto con el turulo en la nariz y ya sabíamos como iba a terminar, pero Aja va más allá y nos sirve una escena que bien podría pasar por un anuncio radical de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Por lo demás, un plantel de ilustres secundarios y acabados (la Shue igual de guapa que siempre, Ving Rhames tan competente como de costumbre, Dina Meyer aún sin pechos, Christopher Lloyd revolucionado y el hermano gemelo de Julián Lopez aka Vicentín, Adan Scott, que pasaba por allí), vómitos al espectador en espectacular 3D, escenas de fauna marina nunca antes descubierta o filmada (el nabo submarino), parodias de los anuncios de perfume y similares (la grabación con música clásica de las chicas desnudas nadando) y el no esperado susto final ochentero, tan en boga por aquel entonces y que te hacía derramar siempre las palomitas sobre tu abuela de pequeño y el copazo o la dronja sobre ti mismo actualmente.
Vamos, lo que se dice un disfrute total. Y sabiendo que la próxima de Aja se llamará MILF sólo queda rezar por que llegue pronto.
Ah, y la mejor línea de la década: “¡un pescao con tetas!”. Que también sirve para definir lo que todos los hombres creemos que es una sirena.
Vamos, lo que se dice un disfrute total. Y sabiendo que la próxima de Aja se llamará MILF sólo queda rezar por que llegue pronto.
Ah, y la mejor línea de la década: “¡un pescao con tetas!”. Que también sirve para definir lo que todos los hombres creemos que es una sirena.