Un western llevado a la Segunda Guerra Mundial. Una banda de asesinos de nazis liderados por un Brad Pitt que parece John Wayne y que es secundado por unos psícopatas que matan sin piedad y con placer a soldados nazis. Mujeres bonitas que odian a la Gestapo y buscan venganza. Un soldado nazi enamorado y el mejor personajes de todos, el Teniente Landa. Un educado, elegante, gentil y políglota nazi que cuyo sobrenombre lo dice todo: " El Cazador de Nazis". Unos de los mejores villanos del cine de la última década interpretado con excelencia y soberbia por el actor austríaco Christoph Waltz. Y con licencias históricas, Tarantino busca entretenernos en los 152 minutos que dura su film. Cometido que logra, pero... hasta ahí nomás. Nos ofrece muy buenas escenas de tensión, y como siempre, el director se regocija en la sangre. Correcta escenografía y vestuario. Buena música.