Laurel y Hardy viajan a Escocia para recibir una herencia. Lo único que reciben, sin embargo, es una gaita escocesa y una caja de rapé. Sin un céntimo en el bolsillo, por una confusión, terminan alistándose en el ejército escocés.
Los cortos del Gordo y el Flaco eran sublimes, pequeñas obras maestras. Vamos, de troncharse. Sin embargo, sus películas largas son muy irregulares. Las hay espléndidas ("Cabezas de chorlito", "El Gordo y el Flaco en el oeste") y las hay flojitas como esta "Dos fusileros sin bala".
Poco se puede comentar de esta cinta. Algunos buenos gags al principio y nada más. Conforme avanza se va haciendo larga y aburrida. Es demasiado 'seria', y este par de amigos nuestros se mueven mejor entre destrozo y destrozo, entre golpes y caídas, entre desastre y desastre.
En fin, así demuestran que son 'humanos'. No todas sus películas iban a ser 'un estallido de carcajadas. Ya sabemos que eso es muy complicado.