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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
1
Thriller. Intriga Rachel (Emily Blunt) es una mujer devastada por su reciente divorcio que dedica cada mañana de camino a su trabajo a fantasear sobre la vida de una pareja aparentemente perfecta que vive en una casa por la que su tren pasa cada día. Pero una mañana Rachel es testigo desde la ventana del tren de un impactante suceso y se ve involucrada en el misterio que ella misma revela... Adaptación del best seller homónimo de Paula Hawkins. (FILMAFFINITY) [+]
24 de octubre de 2016
13 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Truculenta y escabrosa. Muy horrorosa. Completamente bochornosa.
La primera señal del diablo fue la aparición de un psiquiatra pintón (en el recuerdo aquel "Análisis final" tan cachondo, pero hay más, muchas más de similar jaez) al de un rato, si eso ocurre, ten por seguro maldad a espuertas, horror cinematográfico sin parangón.
Es cierto también que había leído malas opiniones al respecto de este engendro verbenero y sicalíptico. Pero pensaba en errores mediocres, convencionales, los de siempre más o menos. Lo que nunca pude imaginar era el calibre de la abyección a la que me iba a enfrentar, es un monstruo grande y pisa fuerte, la dimensión aberrante de este Leviatán de la chapuza, de este albatros del morbo más indigente y psicotrónico, de este minotauro del sensacionalismo más lisérgico y lobotomizado.
Hace tres horas.
Son tres mujeres y tres hombres. Sí. Podría ser un resumen aproximado. Mejor si lo dejamos ahí o así.
El día anterior, al amanecer, justo en ese punto en el que la negra noche se confunde con la bella alborada.
Es un tren y una casa. Y una chica borracha que mira por la ventanilla y ve a otra mujer que retoza con maromo. Se muere de envidia la perdida. Hasta aquí es soportable.
Diez años después, el reloj marca las 22:22 y un graznido se escucha a lo lejos.
Sale otra mujer, esta con bebé. Hay, ya lo anunciamos, un psiquiatra con barba, qué miedo, un marido corneado y otro que no se sabe bien qué.
1789. La toma de la Bastilla. Mueren muchos franceses. Tarde cerrada. Veinte grados de temperatura y bastante alboroto.
Esas mujeres y esos hombres, norteamericanos esta vez, juegan a la gallinita ciega, tonto el último y tiro porque me toca. Su competición consiste en hacer el imbécil a tiempo completo, de la forma más mostrenca y ridícula que sea posible. Van empatados, no se sabe cuál lo hace con más esmero. Las tarjetas de los jueces indican disparidad de criterios. Dura lucha.
1492: La conquista del paraíso. Colón zarpa rumbo a las Indias. El imperio español en pleno apogeo.
Sexo, sangre y mucho lloro. La receta más querida de la cochambre USA. Sus fantasías más deseadas. Lo que riega sus sueños y películas con abundancia de diluvio.
2001: Una odisea del espacio. HAL canta.
Al principio no damos crédito ante una narración tan confusa y cutre, esos saltos temporales sin venir a cuento de tan rebuscados y delirantes y constantes y metidos al mogollón, esa mezcla de personajes y encuentros casuales y cuitas vecinales que parecen como de corrala madrileña en plena reunión de vecinos en hora punta. Después, empeora, cada vez más, mucho más. Al final, el desastre es tan estrepitoso que a más hechos atroces, más risa/pena (de vergüenza ajena) da.
El viernes pasado. No. El domingo del partido. En la siesta. Una nube pasa. El ornitorrinco se despereza.
Paso al spoiler. Solo por escribir un poco más, puro vicio. No voy a aclarar nada. A lo sumo algún viaje en el tiempo más que son la mar de divertidos. Venga, va.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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