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Voto de Ferdydurke:
7
5.8
12,560
Thriller. Intriga. Drama
Tras una temporada en Pekín, Roy y Jessie deciden viajar a Moscú en el Transiberiano, el ferrocarril que une la Rusia europea con las provincias rusas del Lejano Oriente. Aunque la gente que viaja en el gigantesco y sombrío tren es bastante extraña, la pareja no tarda en entablar relación con sus compañeros de compartimiento, Carlos y Abby, y con el inspector Grinko, que investiga el asesinato de un narcotraficante. (FILMAFFINITY)
30 de julio de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mezcla de elementos clásicos en difícil, extrema pero bastante bien resuelta, narración.
"El placer de los extraños" (aquella novela de McEwan y aquella película de Shrader; con parejas también, aunque en escenarios muy diferentes, de Venecia pasamos a Siberia), o la atracción de/por el mal, la belleza, lo peligroso, mórbido o simplemente caótico, por la aventura tenebrosa en todas sus formas que aquí se une a la intriga a toda costa, a la tensión porque sí, jugándoselo (casi) todo a una carta, la de tratar de lograr continuos momentos de estupor y amenaza.
En ese primer aspecto, el de las turbias relaciones sentimentales/sexuales/culturales, el de los vidriosos juegos de opuestos, deseos y muertes, está bien explicada y dosificada. "Lunas de hiel" también en el recuerdo (otra novela, esta de Pascal Bruckner, y otra película importante, excesiva y cachonda, del bueno/malo de Polanski). Quizás aquí se pasen/pequen con Harrelson, no era necesario mostrarle tan despistado y pelma, como un pánfilo tan perfecto.
En el segundo caso, el del suspense a todas horas, aciertan, es un no parar, una continua cascada de efectos y peligros, siempre todo a punto de... muerte con sexo, malotes, policías, drogas, descarrilamientos..., un millón de cosas juntas y revueltas en algarabía dionisíaca. Y aun así, a pesar de tanto elemento y disparate que sigue y suma, de tanta sal y guindillas, nunca se pierden y lo resuelven bien; aun reconociendo varias inverosimilitudes y ciertos absurdos, peaje pequeño que hay que pagar con gusto para compensar tanto despliegue y zarabanda.
En resumen: mucha ambición y pirotecnia logradas, lo que sorprende debido a su formato tan funcional, comercial y en el fondo humilde y de género. Bien por los actores, la fotografía, la dirección...
No es la gran maravilla, pero sí, merece la pena.
"El placer de los extraños" (aquella novela de McEwan y aquella película de Shrader; con parejas también, aunque en escenarios muy diferentes, de Venecia pasamos a Siberia), o la atracción de/por el mal, la belleza, lo peligroso, mórbido o simplemente caótico, por la aventura tenebrosa en todas sus formas que aquí se une a la intriga a toda costa, a la tensión porque sí, jugándoselo (casi) todo a una carta, la de tratar de lograr continuos momentos de estupor y amenaza.
En ese primer aspecto, el de las turbias relaciones sentimentales/sexuales/culturales, el de los vidriosos juegos de opuestos, deseos y muertes, está bien explicada y dosificada. "Lunas de hiel" también en el recuerdo (otra novela, esta de Pascal Bruckner, y otra película importante, excesiva y cachonda, del bueno/malo de Polanski). Quizás aquí se pasen/pequen con Harrelson, no era necesario mostrarle tan despistado y pelma, como un pánfilo tan perfecto.
En el segundo caso, el del suspense a todas horas, aciertan, es un no parar, una continua cascada de efectos y peligros, siempre todo a punto de... muerte con sexo, malotes, policías, drogas, descarrilamientos..., un millón de cosas juntas y revueltas en algarabía dionisíaca. Y aun así, a pesar de tanto elemento y disparate que sigue y suma, de tanta sal y guindillas, nunca se pierden y lo resuelven bien; aun reconociendo varias inverosimilitudes y ciertos absurdos, peaje pequeño que hay que pagar con gusto para compensar tanto despliegue y zarabanda.
En resumen: mucha ambición y pirotecnia logradas, lo que sorprende debido a su formato tan funcional, comercial y en el fondo humilde y de género. Bien por los actores, la fotografía, la dirección...
No es la gran maravilla, pero sí, merece la pena.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Una vez que llegan Kingsley y Kretschmann, la cosa se les va un poco de las manos, especialmente en esa escapada final con puerta a modo, tren chusco y soldados que pasaban por allí, todo un poco increíble; pero lo arreglan con un buen epílogo, ahí se cierra el círculo.
De fondo, el eterno tema de la confrontación entre la inocencia estulta, inculta, infantil y egoísta, tan norteamericana, y la crueldad implacable, atávica y, a veces, muy sofisticada, tan europea (aunque Siberia sea asiática, pertenece a un país europeo y el tren en cuestión recorre esa distancia que separa los dos continentes y, sobre todo, qué coño, nos viene al pelo). Asunto cultural (y político: la guerra fría no estaba tan lejos) maniqueo, pero jugoso, de inmensas posibilidades y muchos desvíos, desde la gran literatura al producto más banal, y que ha dado lugar a innumerables obras, desde las exquisitas novelas de James o Wharton, por poner un egregio ejemplo, a la Mujer Pantera Americana venida desde Serbia nada menos para causar terror a modo en el clásico imperecedero de Tourneur, pasando por los "Hostel", vampiros de los Cárpatos (tan queridos por el cine yanqui) y demás siniestras figuras de la noche. El cruce de caminos entre las leyendas ominosas y la estupidez del progreso, entre el pasado que reclama sentido y presencia y un presente ciego y sordo. Un encuentro siempre en conflicto, dos hermanos gemelos que se odian/quieren, temen y necesitan, las dos caras de la misma moneda, el origen y el fin. El tiempo dando vueltas sobre sí mismo.
De fondo, el eterno tema de la confrontación entre la inocencia estulta, inculta, infantil y egoísta, tan norteamericana, y la crueldad implacable, atávica y, a veces, muy sofisticada, tan europea (aunque Siberia sea asiática, pertenece a un país europeo y el tren en cuestión recorre esa distancia que separa los dos continentes y, sobre todo, qué coño, nos viene al pelo). Asunto cultural (y político: la guerra fría no estaba tan lejos) maniqueo, pero jugoso, de inmensas posibilidades y muchos desvíos, desde la gran literatura al producto más banal, y que ha dado lugar a innumerables obras, desde las exquisitas novelas de James o Wharton, por poner un egregio ejemplo, a la Mujer Pantera Americana venida desde Serbia nada menos para causar terror a modo en el clásico imperecedero de Tourneur, pasando por los "Hostel", vampiros de los Cárpatos (tan queridos por el cine yanqui) y demás siniestras figuras de la noche. El cruce de caminos entre las leyendas ominosas y la estupidez del progreso, entre el pasado que reclama sentido y presencia y un presente ciego y sordo. Un encuentro siempre en conflicto, dos hermanos gemelos que se odian/quieren, temen y necesitan, las dos caras de la misma moneda, el origen y el fin. El tiempo dando vueltas sobre sí mismo.