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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
6
Drama "No matarás": En una Varsovia gris, vacía, pobre y triste, Jacek, un joven sin perspectivas ni futuro, asesina brutalmente a un taxista. Quinto de los diez mediometrajes, cuyo nombre genérico es "decálogo", realizados para la televisión por el director Krzysztof Kieslowski y el guionista Krzysztof Piesiewicz. Cada uno de ellos se inspira en uno de los Diez Mandamientos. Este episodio es una versión de la película "No matarás", de 1988, ... [+]
10 de noviembre de 2021
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Taxi. Corazón de león.
Las primeras palabras del abogado se confirman después. La tesis es demostrada con hechos. La praxis está justificada. La maquinaria de justicia no tiene ningún sentido, castiga o sentencia sin motivo, para nada, ya que su posible fin, erradicar o prevenir el crimen, nunca se consigue, se mantiene indemne. Lo mismo que pasa con el delito, absurdo, en igual plano de irrealidad casi fantasmagórica y pesadillesca, consecuencia de una serie de catastróficas desdichas o desordenadas desgracias en cadena, aleatorias, que derivan en una colisión o azar negro, calamidad. Igual que la muerte accidental, que obedece a casualidades disparatadas, a actos fallidos, a errores acumulados, a la chapuza como (forma de) vida. La muerte en todas sus formas, la prematura e inesperada, la vil y truculenta y la rigurosa y friamente administrada, es siempre un horror sórdido que no se debe a nada, un mecanismo ciego, una condena o inercia, una ausencia eterna que se perpetra en la piel del reo.
Matar o morir es despreciable/deplorable y nunca está justificado, no debería pasar pero pasa, y no se puede hacer nada para evitarlo, los dados ya están echados, todos son peones kafkianos dentro/atrapados en el mismo ominoso engranaje, solo cumplen órdenes emitidas desde el principio de los tiempos, mucho antes incluso, después también, atávicas, malditas, infinitas, no importa quién ni cuando las dictara o decidiera, es indiferente si verdugo o víctima, máscaras borrosas en un carnaval salvaje.
El leguleyo es demasiado joven, los dos protagonistas lo son, está aprendiendo la lección, ni tiene la culpa ni pudo hacer nada, se da excesiva importancia, se cree protagonista de una tragedia griega cuando no es más que otro figurante/participante difuso en la broma infinita, es solo un tornillo, un anodino instrumento, intercambiable y completamente prescindible.
Estilo reconocible de Krystof, personajes solitarios, panorama/contexto desolado, casi apocalíptico, coincidencias y repeticiones y recurrencias, la realidad como un caos muy ordenado y encontradizo, bello y horripilante, penas, obsesiones, desvíos, observación minuciosa, mínimos detalles que crecen, trascendencia, reflexión posmoderna, la razón en medio del vacío, lo relativo y lo sagrado se dan la mano, ciencia, entropía, nada, Polonia.
Jaime Rosales aprendió/comió mucho aquí.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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