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Voto de Ferdydurke:
3
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3
6.9
945
Drama. Comedia
Thibaut es un director de orquesta de renombre internacional que viaja por el mundo. Cuando se entera de que es adoptado, descubre la existencia de un hermano, Jimmy, un empleado de un comedor escolar que toca el trombón en una banda de música en el norte de Francia. Al parecer todo les separa, excepto el amor por la música. Al detectar las excepcionales habilidades musicales de su hermano, Thibaut se propone reparar la injusticia del ... [+]
30 de marzo de 2025
30 de marzo de 2025
2 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
De punción en trombón hasta la extrema unción o no.
Pride + Tocando el viento + Full Monty + Billy Elliot + CODA: Los sonidos del silencio + Música del corazón + Profesor Holland + El último concierto + un toque Pigmalión + otro Intocable con algo de Una razón brillante o de Contra, esa suave demagogia populista que a todos nos pirra o chifla, los vellos de punta, para terminar de aliñar la salsa.
Está hecha (además de pedacitos de ti) de cachos o trozos de otras historias parecidas, sobre todo películas británicas mayormente de los noventa, pero en realidad es un guion masilla, cuartilla, planilla, rellena, de pura fórmula con sus crisis y reconciliaciones, altos y bajos, caídas y éxtasis, infiernos y glorias, tan previsible como obvio, tramposo y manipulable o manipulado, tan facilón, sensiblero y falso, tan esquemático, consabido y trillado, de hecho, estas mismas palabras mías son un reflejo de lo que digo, y valdrían para miles de otras películas iguales o tan parecidas, esas que gustan tanto justo por eso mismo, porque repiten lo obvio, porque mienten o no dicen nada nuevo, porque masajean (con final tan in/feliz) a su amado público al que conocen como a la palma de su mano donde les dan de comer, la papilla, cumplen el pacto, les tratan como a niños, y por eso mismo, se siguen haciendo iguales, la pescadilla que se muerde la cola, y se seguirán haciendo y se hicieron y así hasta el infinito, hasta el fin de los tiempos con la manivela, el pienso, el mecanismo, y el principio de todo y en este mismo momento de idéntico modo, y por eso yo igualmente seguiré siendo obvio y facilón y previsible hasta tanto siempre, claramente, para eso estamos, vocación de servicio, líneas paralelas y lelos que se cruzan muchas veces, acción y reacción, obviedades, banalidades, frivolidades, tonterías, dimes y diretes, sea, música, denuncia social, folletón, los mejores sentimientos y las mejores intenciones puestos duramente a prueba, la dicha de vivir y morir, de amar y sufrir, a tumba abierta, temblor y estupor, qué bonito, y triste, todo, me emociono, hombre rico, hombre pobre, separados al nacer, tú al cielo y yo a ninguna parte, el príncipe y el mendigo, lucha de clases como amor de sangre correspondido, así da gusto, te quiero como la pera al pero, pues yo más y ahora te odio, me muero.
Todo es guion, es decir, cartón, todo obedece a necesidades de carpintería, a reglas hace tanto tiempo preestablecidas, nada que ver con la curiosidad de tratar de entender o explorar a un ser humano con sus recovecos, revueltas, devaneos, merodeos o contradicciones deseos, todo se fía o sacrifica al Dios que maneja los hilos (como Lugosi los movía a su antojo), no hay libertad para sus criaturas, de hecho, es una película increíblemente determinista, fatalista, el eterno retorno (todo se repite una vez tras otra, gira la rueda, somos ratones en el laboratorio, malditos roedores, cobayas, conejillos de indias, Matrix, dando vueltas en círculo, peces en el acuario, animales, además de bellota, de costumbres y rutinas, erre que erre, tornillos, tuercas y engranajes, maquinaria pesada, industria humana, cíborgs), porque antes siquiera de empezar ya sabes perfectamente cómo va a terminar, clímax, orgasmar, llorar, son títeres que no tienen ninguna entidad o capacidad de acción o decisión u opinión, en ese sentido, también es tiránica, una dictadura o satrapía cuándo serás mía o (esa palabra que tanto gusta o mazo mola) fascista, totalmente antidemocrática, nada se vota, solo vale lo que diga el rey, las sagradas escrituras, la Biblia, el texto mítico, el aciago demiurgo, antilibertaria, niega el libre albedrío, la opción de elegir, lo que diga padre, es lo que contaba El show de Truman, exactamente, Ed Harris y el público (sin memoria -por eso también triunfan las películas que hablan de personajes que la pierden, se identifican fácilmente-, de pez, que no se fija ni se acuerda de lo que ya ha visto un millón de veces, mañana mismo, ayer, hoy) arrobado ante el deleite de la tele y el pobre Jim Carrey toreado timado, pues aquí lo mismo, el pobre bendito este muere, resucita, muere y resucita porque lo dice Blas punto redondo y a callar, y su hermano lo rechaza, lo adora, lo rechaza y lo adora por el mismo motivo y no otro, y hay huelga o se cierra una fábrica o a un director de orquesta tan casualmente muy de repente el último verano se va a tomar por culo o a Rumanía por igual razón, porque lo que sucede, conviene, al pelo nos viene, tiovivo, tómbola, todos los caminos llevan al mismo hoyo, al de Ravel bolero (mejor el de Blake Edwards mucho me temo) y mientras tanto me entretengo, echo el rato, mato la hora, y el relato, porque lo manda la autoridad competente, el alto mando (en plaza), lo que nos viene a decir o demostrar que el pueblo, la gran mayoría o masa ama o amamos las cadenas, apriétame más fuerte, que nos lo den todo hecho, mascadito, trituradito, no, nunca, jamás que nos dejen a nosotros decidir o crear o inventar o averiguar o hacer algo solos (sin manual de instrucciones, sin copiar al dictado, sin recibir órdenes o consejos, sin mirar a los lados, sin atreverse no te vayas a equivocar y de la clase la maestra te vaya a echar por lo que más quieras), así no más, así somos, y así nos muestran o cuentan, no hay otra, hay que cargar con ello, sopitas y buenos alimentos, apechugar, tragar, Autorretrato sin retoques, santa resignación, piedad.
Pride + Tocando el viento + Full Monty + Billy Elliot + CODA: Los sonidos del silencio + Música del corazón + Profesor Holland + El último concierto + un toque Pigmalión + otro Intocable con algo de Una razón brillante o de Contra, esa suave demagogia populista que a todos nos pirra o chifla, los vellos de punta, para terminar de aliñar la salsa.
Está hecha (además de pedacitos de ti) de cachos o trozos de otras historias parecidas, sobre todo películas británicas mayormente de los noventa, pero en realidad es un guion masilla, cuartilla, planilla, rellena, de pura fórmula con sus crisis y reconciliaciones, altos y bajos, caídas y éxtasis, infiernos y glorias, tan previsible como obvio, tramposo y manipulable o manipulado, tan facilón, sensiblero y falso, tan esquemático, consabido y trillado, de hecho, estas mismas palabras mías son un reflejo de lo que digo, y valdrían para miles de otras películas iguales o tan parecidas, esas que gustan tanto justo por eso mismo, porque repiten lo obvio, porque mienten o no dicen nada nuevo, porque masajean (con final tan in/feliz) a su amado público al que conocen como a la palma de su mano donde les dan de comer, la papilla, cumplen el pacto, les tratan como a niños, y por eso mismo, se siguen haciendo iguales, la pescadilla que se muerde la cola, y se seguirán haciendo y se hicieron y así hasta el infinito, hasta el fin de los tiempos con la manivela, el pienso, el mecanismo, y el principio de todo y en este mismo momento de idéntico modo, y por eso yo igualmente seguiré siendo obvio y facilón y previsible hasta tanto siempre, claramente, para eso estamos, vocación de servicio, líneas paralelas y lelos que se cruzan muchas veces, acción y reacción, obviedades, banalidades, frivolidades, tonterías, dimes y diretes, sea, música, denuncia social, folletón, los mejores sentimientos y las mejores intenciones puestos duramente a prueba, la dicha de vivir y morir, de amar y sufrir, a tumba abierta, temblor y estupor, qué bonito, y triste, todo, me emociono, hombre rico, hombre pobre, separados al nacer, tú al cielo y yo a ninguna parte, el príncipe y el mendigo, lucha de clases como amor de sangre correspondido, así da gusto, te quiero como la pera al pero, pues yo más y ahora te odio, me muero.
Todo es guion, es decir, cartón, todo obedece a necesidades de carpintería, a reglas hace tanto tiempo preestablecidas, nada que ver con la curiosidad de tratar de entender o explorar a un ser humano con sus recovecos, revueltas, devaneos, merodeos o contradicciones deseos, todo se fía o sacrifica al Dios que maneja los hilos (como Lugosi los movía a su antojo), no hay libertad para sus criaturas, de hecho, es una película increíblemente determinista, fatalista, el eterno retorno (todo se repite una vez tras otra, gira la rueda, somos ratones en el laboratorio, malditos roedores, cobayas, conejillos de indias, Matrix, dando vueltas en círculo, peces en el acuario, animales, además de bellota, de costumbres y rutinas, erre que erre, tornillos, tuercas y engranajes, maquinaria pesada, industria humana, cíborgs), porque antes siquiera de empezar ya sabes perfectamente cómo va a terminar, clímax, orgasmar, llorar, son títeres que no tienen ninguna entidad o capacidad de acción o decisión u opinión, en ese sentido, también es tiránica, una dictadura o satrapía cuándo serás mía o (esa palabra que tanto gusta o mazo mola) fascista, totalmente antidemocrática, nada se vota, solo vale lo que diga el rey, las sagradas escrituras, la Biblia, el texto mítico, el aciago demiurgo, antilibertaria, niega el libre albedrío, la opción de elegir, lo que diga padre, es lo que contaba El show de Truman, exactamente, Ed Harris y el público (sin memoria -por eso también triunfan las películas que hablan de personajes que la pierden, se identifican fácilmente-, de pez, que no se fija ni se acuerda de lo que ya ha visto un millón de veces, mañana mismo, ayer, hoy) arrobado ante el deleite de la tele y el pobre Jim Carrey toreado timado, pues aquí lo mismo, el pobre bendito este muere, resucita, muere y resucita porque lo dice Blas punto redondo y a callar, y su hermano lo rechaza, lo adora, lo rechaza y lo adora por el mismo motivo y no otro, y hay huelga o se cierra una fábrica o a un director de orquesta tan casualmente muy de repente el último verano se va a tomar por culo o a Rumanía por igual razón, porque lo que sucede, conviene, al pelo nos viene, tiovivo, tómbola, todos los caminos llevan al mismo hoyo, al de Ravel bolero (mejor el de Blake Edwards mucho me temo) y mientras tanto me entretengo, echo el rato, mato la hora, y el relato, porque lo manda la autoridad competente, el alto mando (en plaza), lo que nos viene a decir o demostrar que el pueblo, la gran mayoría o masa ama o amamos las cadenas, apriétame más fuerte, que nos lo den todo hecho, mascadito, trituradito, no, nunca, jamás que nos dejen a nosotros decidir o crear o inventar o averiguar o hacer algo solos (sin manual de instrucciones, sin copiar al dictado, sin recibir órdenes o consejos, sin mirar a los lados, sin atreverse no te vayas a equivocar y de la clase la maestra te vaya a echar por lo que más quieras), así no más, así somos, y así nos muestran o cuentan, no hay otra, hay que cargar con ello, sopitas y buenos alimentos, apechugar, tragar, Autorretrato sin retoques, santa resignación, piedad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Lo sabes, la ves con la espada de Damocles, que la muerte siempre vuelve con hambre atrasada a la postergada cita, no estaba de parranda, estaba en Samarra, y, también, lo sabes, que el hermano va a hacer, tira y afloja, montaña rusa, en un momento dado catacrack y que le va a cantar las cuarenta, Aida que no La Traviata, pero que va a rectificar, y que con la chica tan maja tarde o temprano se va a liar, y que el final será la hostia puta concertina musical (se lo merece, por majo, buena persona, todos nos lo merecemos al fin y al cabo, vinimos a este amargo mundo, valle de lágrimas, sin pedirlo, lo comido por lo servido), lo sabes de pe a pa, todo eso y mucho más, tanto que eres tú el que lo está escribiendo mientras lo estás viendo, o mientras se estaba haciendo, productor tan ejecutivo, piloto automático, el de Aterriza como puedas, por ejemplo, tu conciencia increada de la raza, a cuatro manos con la obra, el motor inmóvil y y tú, y eso te da gustirrinín, es lo mismo que soñar despierto, que soñar con director de orquesta incluido, sin tanta agonía, tirarte a la piscina con tanta agua, saltar al vacío con paracaídas, cantar con autotune, votar en España, qué importa.
Sí que tiene bellos momentos musicales, haberlos haylos, los de Thibaut, pocos, y especialmente la maravillosa canción de Aznavour.
La genética iguala o asimila o empareja, ama y ensancha el alma, la sociedad separa y divide o vivo te jode, de odio delito, el mito del buen salvaje se cruza con la ciencia moderna y tienen o hacen música, de las esferas, es mejor, mucho más sabia, para que luego digan, la biología que la cultura, ¿o no?
Sí que tiene bellos momentos musicales, haberlos haylos, los de Thibaut, pocos, y especialmente la maravillosa canción de Aznavour.
La genética iguala o asimila o empareja, ama y ensancha el alma, la sociedad separa y divide o vivo te jode, de odio delito, el mito del buen salvaje se cruza con la ciencia moderna y tienen o hacen música, de las esferas, es mejor, mucho más sabia, para que luego digan, la biología que la cultura, ¿o no?