El primer ciclo de GLOW se hizo cargo de un tema importantísimo; la lucha de la mujer por la igualdad dentro de la sociedad. Y claro, el hilo principal fue adornado con la historia de un show televisivo de lucha libre femenina y los dramas que acarreaban cada una de sus personajes, sin perder jamás el foco en el mensaje principal. Su contingencia, versatilidad, comedia fresca y drama punzante, llevaron a este ciclo al éxito y a la aprobación por parte de Netflix para una segunda temporada.
Glow, temporada 2, de 10 capítulos y una ágil duración de 30 minutos por episodio, sigue sosteniendo en alto su bandera de batalla, su mensaje simple y claro. La mujer debe y tiene que tener los mismos derechos que el hombre. La mujer tiene las mismas capacidades que el hombre. No son el sexo débil. Pueden ser productoras activas de un programa de televisión, pueden ser el sustento de una familia, pueden tener un show hecho por hombres y para hombres, pero de mejor calidad.
La historia no tiene un buen trote al principio, pero después se acuerda de cómo hacer una sátira con el drama que viven sus protagonistas y volver a tener en vilo al espectador cuando hace tambalear la permanencia del show en un horario televisivo prudente.
El despliegue actoral de sus protagonistas es el dulce manjar de esta torta. Alison Brie, que interpreta a Ruth, no defrauda como la lider natural que ama lo que está haciendo, aunque aquello sea un desarmado e irrisorio proyecto, empujando a sus compañeras a no bajar los brazos cuando la vida se pone cuesta arriba. Betty Gilpin, Debbie en la serie, tiene que enfrentar la reconstrucción de su vida después del desastre que dejó el huracán de su divorcio, adolida por tener a su hijo lejos y en conflicto constante con sus pares ahora que es productora de GLOW. Y Marc Maron, como Sam Sylvia, el artifice del show, que personalmente interpreta a mi personaje favorito de la serie, se hace cargo de sus miedos y evoluciona positivamente como el director del programa que levantó, pero siempre aferrándose al perfil de viejo gruñón y grosero.
GLOW 2 no falla, sigue siendo cómica, dramática y actual.