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España España · MADRID
Voto de ELZIETE:
8
Fantástico. Romance. Drama Érase una vez un mercader arruinado que vivía con su hijo Ludovic y sus tres hijas. Dos de ellas, Felicie y Adelaide, son seres egoístas que explotan a su hermana pequeña Bella. Un día, el padre se pierde en el bosque y llega hasta un castillo. Allí encuentra una preciosa rosa y decide cogerla para Bella, entonces aparece el señor del castillo que le impondrá un duro castigo por su osadía. (FILMAFFINITY)
25 de julio de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El polifacético artista francés Jean Cocteau, a sus 56 años decide repetir experiencia cinematográfica después de su primer film "La sangre de un poeta"en 1930.
En plena influencia del realismo, Cocteau apuesta por la fantasía surrealista con el cuento clásico versión de Marie Leprince de Beaumont para mayor gloria de su pareja en ese momento el actor Jean Marais que cubre los papeles de la Bestia, el príncipe y Avenat.
Al escaso presupuesto Cocteau y su equipo derrochan talento e imaginación con una puesta en escena donde lo cinematográfico y lo puramente teatral conviven en perfecta simbiosis. El planteamiento quizás demasiado inocente del cuento queda arrinconado ante el maravilloso despliegue artístico debido a la confluencia de genios en cada uno de sus apartados: el realizador René Clément (sustituyó a Cocteau durante su enfermedad), la escenografía de Christian Bérard y Lucien Carré, el director de fotografía Henri Alekan, por no hablar del espléndido vestuario (supervisado por Pierre Cardin) y maquillaje al que Marais se sometía de 3 a 5 horas diarias para no tener que utilizar el más fácil recurso de una máscara.
El resultado es un poema visual inolvidable, cargado de simbolismo freudiano. Las escenas oníricas del castillo se contraponen con una deliciosa recreación de la vida rural plasmada con eficacia basándose en las pinturas de Jean Vermeer, donde las intrigantes hermanas de bella se llevan el protagonismo de la acción, estupendamente interpretadas.
El sorprendente final en el que Bestia se convierte en príncipe con el rostro del taimado Avenat nos deja un tanto desconcertados sobre las intenciones de Cocteau al respecto y en cualquier caso no tenemos más remedio que unirnos al famoso comentario de Greta Garbo: "Devuelveme mi Bestia".
ELZIETE
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