Vuelve Anderson a la animación nueve años después de esa obra maestra que es “Fantástico Sr. Fox” con buena parte del mismo equipo. Aquí los presupuestos temáticos son diferentes pero sigue siendo Anderson (para bien y para mal) en estado puro. El punto en común en ambas sigue siendo la brillantez excelsa de la dirección artística.

En 2010, Serge Avedikian ya realizó un corto de 15 m. del mismo título con la misma historia de fondo. El caso es que Anderson mezcla y remezcla en el film muchas cosas (aventura, humor, crítica social y política, animalismo, amor por lo oriental, homenaje a Kurosawa…) en un totum revolutum que no acaba de encontrar su equilibrio. Las partes de la ciudad llegan a ser algo plomizas, lastran el ritmo general y te invitan a mirar el reloj de vez en cuando a pesar de lo ajustado del metraje. Tampoco acaba uno de hacer foco con el tema y los personajes, algunos de ellos como el chico que busca a su perro carentes de empatía.

En cualquier caso su nivel de calidad artística es más que suficiente para hacerla notable y un poco de Anderson siempre es mucho.

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