Absolutamente maravillosa e imprescindible para todos aquellos amantes del cine y la danza y sobre todo para aquellos que se acercan con cierta desconfianza al mundo de la danza contemporánea. El maestro Wemders abre un ventanal amplio y luminoso por donde entra a raudales toda la magia de su amiga Pina Bausch, bailarina y coreografa, piedra angular de la danza-teatro actual y de una forma de entender la necesidad primigenia del ser humano de expresar sus sentimientos mediante los movimientos de su cuerpo estimulados por el hechizo de la música. Cuando los dos maestros trabajaban en el proyecto Pina falleció y el director y sus bailarines del Tanzteather Wuppertal lo acabaron como homenaje a su obra.

La etiquetas dicen que es un documental. Tal acumulación de sentimientos y belleza encauzados por Wemders con un 3D innovador al servicio del arte y no del efectismo, no pueden clasificase más que en la categoría de obras maestras. La música, ecléctica, contundente, sugerente, bella, evocadora es indisoluble del cuerpo de los bailarines y del espacio donde se produce el movimiento, magníficamente fotografiado. Wemders consigue que la cámara baile también al ritmo de la filosofía de Pina, donde no importa el movimiento sino el sentimiento que lo provoca. Disfruten.