Si nos atenemos al titulo original, Venganza, quizás rebajemos las pretensiones originales de Susanne Bier y la cinta sea aún mas redonda que si aplicamos el titulo algo pretencioso de Un mundo mejor, el cual nos obligaría a ser mas exigentes con el desenlace de un planteamiento brillante magníficamente dirigido, fotografiado, sonorizado e interpretado. (Genial Mikael Persbrandt). Oscar y Globo de oro merecidos.
Durante hora y media la película te sacude las entrañas sobre la condición de esos seres que se autodenominan inteligentes y cuyo desamparo es tan grande como la capacidad de ser crueles. La tensión permanece intacta en una balanza que no somos capaces ni nos atrevemos a desequilibrar por miedo a las terribles consecuencias. Cada espectador tomará partido mientras el mundo sigue (estupendos los interludios donde la cámara se queda fija contemplando la naturaleza y en los créditos finales) ajeno a nuestras luchas fratricidas.
Al final, en la última media hora, todo se vuelve mas convencional en la forma aunque puede que en el fondo no haya otra salida que el amor y el perdón a cualquier coste. Coste que Susanne nos escamotea, quizá porque no se atreve a llegar tan lejos o quizá porque en ese caso al ser humano le sea imposible ofrecer la otra mejilla.
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