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España España · MADRID
Voto de ELZIETE:
7
Drama Durante la Segunda Guerra Mundial, un grupo de prisioneros ingleses se encuentra encarcelado en un campo militar del norte de África. Allí sufren la ira de un sádico sargento. (FILMAFFINITY)
6 de mayo de 2012
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En otra ocasión creo haber comparado la carrera de Lumet como una montaña rusa, con grandes éxitos en la cumbre y algunos fracasos en la zona baja. Lógicamente entre una y otra hay tramos intermedios donde ubicamos esta Colina, rodada en los desiertos almerienses y cuyo cabeza de cartel es un Sean Connery consagrado ya como James Bond (ese mismo años rodó "Operación Trueno") y que buscaba ser algo más que un agente al servicio de su majestad.
Lumet que ya había demostrado sus subidas y bajadas, apostó por el cine británico e inició una colaboración con Connery que les reportaría éxitos futuros a los dos, aunque aquí 007 apenas aporta su tirón popular, su imponente presencia ante las cámaras y algunos apuntes actorales de lo que vendría en años posteriores.
El que manda en la cinta, como en el campamento de prisioneros del ejercito británico en Africa del Norte es Harry Andrews, consumado actor teatral y "secundario" de los llamados de lujo. Fue nominado a mejor actor británico por este papel y se llevó el National Board of Review´. También fue premiado el guión con un BAFTA.
Buen trabajo grupal de los actores, Michael Redgraves es otro lujo, mágnifica fotografía en blanco y negro y un Lumet poderoso con el movimiento de cámara en el campamento y meticuloso con los planos de los actores consiguiendo transmitirnos la atmósfera opresiva exterior e interior de los personajes.
Sin obviar los tópicos del genero carcelario, Lumet abre en canal al sistema militar, sacando a la luz todas sus miserias, a saber: Los hombres son más hombres con la disciplina del palo, racismo, discriminación y fobias sexuales, crueldad, afán de poder, mandos acomodaticios, anulación de la personalidad, corporativismo encubridor.... vamos un buen repaso.
Adolece sin embargo de un exceso de metraje, con una planificación bastante lineal y reiterativa hasta llegar a un clímax algo tardío (fantástico Andrews en el motín) y un final resuelto sin demasiada brillantez, a pesar de la moraleja final: "Si respondemos a los violentos con violencia, ellos siempre saldrán ganando". Quizá por todo ello no figura como obra destacada en la filmografia del director y del actor protagonista.
En cualquier caso esta colina merece el esfuerzo de ser coronada.
ELZIETE
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