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España España · MADRID
Voto de ELZIETE:
10
Drama Un joven solitario impulsado por la ambición y el idealismo se enfrenta a la vida en el Nueva York de principios del siglo XX. Las duras condiciones que impone esta realidad desmitifican el mítico sueño americano. (FILMAFFINITY)
7 de enero de 2015
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una joya impagable.
(Vale, tengo que escribir algo más). "The Crowd", la multitud, la masa anónima, las pequeñas e insignificantes piezas que unidas hacen que la locomotora del mundo marche y que individualmente son reemplazadas sin piedad a pesar de ser únicas, por aquellos que viajan en los escasos vagones de primera clase sea cual sea el sistema de vías por el que circulen. En este caso un capitalismo desbocado de la nación más poderosa capaz de ofrecer llegar a lo más alto (según sus baremos) desde lo más humilde. Lo que no contaban es el precio que inexorablemente había que pagar, la deuda acumulada y los "cadáveres" que quedaban en el "american way of life". Marx (Groucho) lo definió muy bien con aquella frase que más o menos decía: "partiendo de la nada he llegado a las más altas cotas de la pobreza".
Y sobre estas piezas, la gente corriente y su cotidianidad vulgar alejada del glamour de las estrellas y sus finales felices Vidor se la juega ante su jefe Mayer que cede gracias al apoyo de Irving Thalberg, quien años después curiosamente se negó a producir la secuela. No era la primera vez, ni la última en que Vidor se arriesga, "The big parade" fue antibelicista cuando no tocaba y al año siguiente "Aleluya" rodada exclusivamente con actores afroamericanos.
Igual que Griffit sintetizó en "El nacimiento de una nación" todos los avances técnicos inventados por él o no, aquí Vidor recoge y destila depurandolos casi todas las influencias y estilos existentes, desde el expresionismo alemán, el montaje soviético, el realismo y el humor slapstick para verterlos en un melodrama conmovedor.
Las escenas magistrales se suceden tanto en el fondo como en la forma. Igual disfrutamos de una panorámica documental sobre el cogollo del Nueva York de la época, como de un mundo orwelliano de oficinistas clonados, a un desayuno familiar explosivo, la ilusión de una nueva vida, el agobio de la rutina, la presión de los parientes, la caída en el alcohol, la desgracia y la fortuna de la mano..., en fin, no tiene desperdicio.
Murray y Boardman están en los papeles de su vida y el brillante final, al que costó llegar superando las presiones del estudio que quería un "happy end", cierra un circulo perfecto.
Mención aparte merece la historia de su protagonista James Murray cuya vida personal tuvo un paralelismo desgraciado con el de su personaje y que dejó profunda huella en Vidor.
ELZIETE
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