Dicen quienes las han leído que la saga de novelas del británico Mick Herron (1963) ha encontrado una adaptación fiel en esta serie en las que se describen las andanzas de un grupo de agentes que el todopoderoso servicio de inteligencia  MI5 ha desechado por unas u otras razones desterrándolos a la "Casa de la ciénaga", un destartalado edificio que los alberga sine die a modo de purgatorio. Al mando un brillante agente senior, caído en la misma desgracia cuyo abandono físico y probablemente moral no encuentra otro objetivo que su equipo de desechos no haga nada. Lógicamente y para gozo de los lectores y espectadores tendrán trabajo y mucho.

Gary Oldman a la cabeza del reputado elenco, encarna con su sobrada solvencia al desastrado agente Jackson Lamb que no para de soltar todo tipo de lindezas sarcásticas y malhumoradas entre pedo y pedo a su particular rebaño al que en el fondo aprecia.

La gracia de la cuestión es pues la galería de personajes protagonistas por lo atípicos que son. Otra cosa es la trama de turno en la que se ven envueltos que por momentos se hace farragosa y cae a pesar de sus giros en algunos lugares comunes del género. La producción es notable y se sigue con interés a la espera de próximas temporadas.

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