Película de aventuras basada en un personaje noruego infantil muy popular allí aunque probablemente desconocido en el resto del planetario.

Capitán Diente de Sable fue creado por el compositor y cantante noruego Terje Formoe, en su país este personaje alcanzó tal éxito que se hicieron obras de teatro, musicales, películas y hasta un parque temático dedicado a su figura, casi nada.

Pero como antes he dicho, fuera de Noruega seguramente nadie sepa nada de este personaje y ese es el problema para cualquiera que vea este largometraje, que no comprenderá ni la mitad de la historia ni del universo que rodea a los personajes. Le parecerá un extraño film de piratas plagado de inverosimiltudes y personajes bizarros con una fantasiosa historia de por medio.

Su ritmo es irregular, con un comienzo interesante y entretenido en torno al huérfano Pinky y su deseo de embarcar junto a su adorado capitán diente de sable pero que va desinflándose a medida que avanza la historia llegando a la ciudad oriental tornándose algo pesada, y con una duración algo excesiva.

Las actuaciones no son nada del otro mundo siendo el prota, un tal Kyrre Haugen, el único destacable, mas por su caracterización que otra cosa y el crío, que tampoco se desenvuelve mal.

El punto fuerte del film seguramente sea su buen empaque visual, con una excelente fotografía e iluminación, muy colorida y un gran trabajo de diseño de producción y vestuario.

Para pasar el rato.