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Estados Unidos Estados Unidos · Bon Temps (Louisiana)
Voto de RandolphCarter:
9
Drama Nina (Natalie Portman), una brillante bailarina que forma parte de una compañía de ballet de Nueva York, vive completamente absorbida por la danza. La presión de su controladora madre (Barbara Hershey), la rivalidad con su compañera Lily (Mila Kunis) y las exigencias del severo director (Vincent Cassel) se irán incrementando a medida que se acerca el día del estreno. Esta tensión provoca en Nina un agotamiento nervioso y una confusión ... [+]
5 de enero de 2011
212 de 257 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nina es perfecta, un cisne blanco de movimientos gráciles e impecables que danza en etéreo compás por encima del resto de mortales. Pero también es una mujer reprimida, que duerme custodiada entre muñecos de peluche, sufre la insidiosa competitividad de sus rivales y se ahoga en los sueños frustrados de una madre dominante. ¿Nina es perfecta?

“Perfection is not just about control; it’s also about letting go”, dice en determinado momento el director Thomas (Vincent Cassel). Dejarse llevar, eso es lo que ella no consigue en su obsesión perfeccionista y eso es lo que representa la nueva incorporación de la compañía, Lily (Mila Kunis): el movimiento insubordinado, desafiante y seductor; lo que Nina no posee y necesita tener. Para ser la primera bailarina de la compañía en la nueva función de Tchaikovsky, deberá ser el cisne blanco que ya es y el cisne negro que pugna por salir, por liberarse de todas las ataduras y el sufrimiento que lleva acumulado en tantos años de disciplina, dolor e inhibición.

Entregarse al deseo, al peligro, a la majestuosidad de un ser que despliega sus alas proclamando su libertad ante todos, es la única manera de ser la reina de los cisnes, pero la corona tiene un alto precio. Así como el miedo es un veneno para el artista, intentar librarse de él también puede desatar el camino hacia la autodestrucción y la locura, un camino en el que Nina se verá poco a poco abocada en su empeño por convertirse en cisne negro.

Un magnífico descenso a los infiernos de una psique torturada, una Natalie Portman en estado de gracia que hace creíble lo imposible, desde el trastorno obsesivo compulsivo hasta el delirio, la genial dirección a cargo de Darren Aronofsky en una inolvidable sinfonía del dolor, una metamorfosis de ecos kafkianos, valiente como pocas… Una suma de elementos y talentos que elevan al film como la obra definitiva del autor de “Réquiem por un sueño”. No es para todos los paladares, pues habrá quien desconecte de su vorágine visual y maldiga sus excesos, pero es que para disfrutarla, hay que sumergirse en ella de cabeza y dejarse llevar. Cisnes blancos abstenerse.
RandolphCarter
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