Si alguien recuerda una crítica que hice a la primera película de Spiderman de Sam Raimi; una crítica documentada, exhaustiva, fundamentada, elegante y constructiva titulada "DEL CULO", recordará que un detalle que critiqué bastante fue el hecho de que en esa primera película Peter Parker obtuviera el poder de disparar telarañas por la muñeca directamente como resultado de su mutación derivada de la picadura de la araña. Podía hacer la vista gorda y tragarme que por una anómala fusión de ADNs de humano y araña Parker obtuviera superfuerza, superagilidad, megarreflejos y la madre que los parió; pero que obtuviera el poder de disparar telarañas por la muñeca me resultaba RIDICULAMENTE conveniente cuando todos sabemos que no es de ahí de donde les sale la telaraña a las arañas. Era como si esa mutación accidental quisiera ayudar al chaval y supiera que le resultaría útil disparar telarañas por la muñeca en lugar de por el culo, lo cual habría sido incómodo a la par que antiestético o hasta inmoral para según quien.

Bien, en esta película de Spiderman, por fin, hacen que éste use una máquina, diseñada por él mismo, que dispara telarañas sintéticas, lo cual (para mi) ya le da un punto a favor respecto a las otras películas del trepamuros.

Ésta película, teóricamente, OLVIDA la existencia de la triología de Sam Raimi para empezar de cero. ¿Qué otra opción quedaba cuando en la última habíamos visto a Peter Parker bailando claqué con pinta de emo tratando de demostrar lo "guay" que se volvía con el traje negro de los cojones? Pero no es del todo así, quienes hicieron ésta película no la hicieron como si nunca hubiera existido ninguna otra del arácnido, la hicieron teniendo muy en cuenta las que existían para tratar de diferenciarse.

Es por ese motivo que recurren a Gwen Stacy en lugar de a la "chica-Spiderman" por excelencia, que es Mary Jane Watson. Por eso recurren a un enemigo medianamente secundario como el lagarto Connors (secundario respecto a enemigos de Spiderman bastante más icónicos como el Duende Verde, Octopus o Venom, todos ellos ya usados en las películas de Raimi). ¿Ha estado bien hacer esto? Sí. Bien jugado.

Un punto que me ha gustado bastante de esta película y que espero que sigan explotando al continuar la saga es que en aquí Spiderman sí que hace gala de ese sentido del humor que siempre lo ha caracterizado (bueno, por lo menos caracterizaba al Spiderman de la serie animada que yo veía cuando era niño). Spiderman siempre ha sido el "bocas" de los superheroes, incapaz de parar de hacer chistes de sus enemigos mientras lucha contra ellos. Ese es prácticamente el rasgo más distintivo de su personalidad. Batman es demasiado serio y va demasiado cargado mala leche, Superman es demasiado "educado" y "políticamente correcto" para ir soltando chistes o para tomar el pelo a sus contrincantes. Spiderman es el que se burla de cualquiera con quien se enfrenta y aquí han logrado estar a la altura respecto a eso, por lo menos en algunas escenas.

Los efectos especiales por ordenador, como en cualquier película del siglo XXI que cuente con un buen presupuesto, son buenos. Quizás en alguna escena resultan demasiado evidentes, pero no me han decepcionado.

En fin, una película entretenida que cumplirá las expectativas de los fans del hombre araña con (probablemente) mayor solvencia que las películas de Sam Raimi.

Eso sí, hay una cosa de Spiderman que ya empieza a resultar cansadora: