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España España · Barcelona
Voto de Jormungander:
7
Ciencia ficción. Aventuras. Acción. Fantástico Antes de que los mutantes se dieran a conocer y adoptaran los nombres de Profesor X y Magneto, los jóvenes Charles Xavier (James McAvoy) y Erik Lehnsherr (Michael Fassbender) empezaban a descubrir sus poderes. No había animadversión alguna entre ellos, sino que los unía una sincera amistad y el deseo de trabajar juntos y entrenar a un grupo de jóvenes mutantes para evitar el Armagedón nuclear. Su enemigo común: el malvado Sebastian Shaw ... [+]
15 de junio de 2011
43 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
La premisa que hay que aceptar para disfrutar de esta película es bastante absurda, a saber:

En cierto momento de la historia humana y por algún motivo misterioso empiezan a darse bastantes mutaciones genéticas en las personas.

Pero ¿Mutaciones pequeñas como las que siempre ha habido en el mundo desde el origen de la vida?

No, mutaciones a saco, muy exageradas. De esas que se notan.

Pero ¿Te refieres a que empieza a haber gente deformada o enferma?

No, no. Todas son mutaciones buenas y por lo general bonitas de ver. Pese a su carácter aparentemente aleatorio todos los mutantes han tenido la potra de que su ácido desoxirribonucleico ha sido modificado de forma que pueden presumir de ello y disfrutarlo.

No es como lo de las tortugas ninja, que no sé si os habeis fijado, pero lo de ser tortugas mutantes no les sirve de una puta mierda para ser ninjas (bueno vale… sólo por esa tontería de poder esconder la cabeza… no me jodas con eso ahora), ser un mutante medio tortuga es más bien un handicap si quieres dedicarte a las artes marciales orientales y tener nombre de pintor renacentista.

En el caso de X Men, debemos asumir que una mutación es algo que te permite hacer cosas guays como lanzar rayos laser por los ojos, controlar los metales con la mente, controlar el clima con la mente, controlar la economía con la mente etc. Cosas que se puedan ver desde lejos y que te permitan enfrentarte a muchos militares con armas, de lo contrario, en la película no serías considerado un mutante, sólo un tío raro que no molesta mucho.

Es decir, a uno que por ejemplo tenga tres orejas lo pueden reducir fácilmente dos militares o incluso uno solo si es pequeño y se deja, eso no cuenta como mutación para lo que viene siendo la película. Que no digo que no merezca estar en el mundillo de la película el tío de tres orejas, pero que seguramente lo matarían tan rápido que ni llegaría a verse. Sólo digo eso.

Además son mutaciones que casi nunca implican un aspecto físico raro. De hecho, las mutaciones tienen preferencia por gente “guapita”. En la película no se ve a ninguna señora de 65 años o 120 kilos con esos poderes sobrenaturales. En algunos casos esas mutaciones si que implican un aspecto raro pero siempre es algo bastante bonito de ver, como una especie de “tuneado” muy estético y que evoca a temas mitológicos, como es el caso del tío que se puede teletransportar, que presenta la imagen clásica de un demonio tradicional, con su cola y todo.

Y aunque no soy un genetista experto, todavía iría más lejos atreviéndome a afirmar que las mutaciones más poderosas no sólo eligen a gente guapa, sino también a gente lista y con cultura, que pueda explicar con coherencia y elegancia sus aspiraciones sobre cómo tiene que ser el mundo. La mutación más fuerte no le tocará a una peluquera fan de la revista Hola, que no esté muy enterada sobre la guerra fría y no haya tenido un pasado en un campo de concentración nazi.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jormungander
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