Nos adentramos con esta serie al mundo del capitalismo desalmado, de manos de una familia encabezada por Brian Cox, que interpreta a un hijo de puta implacable y salvaje que jode a quien haga falta para ganar; a su sombra intentan destacar sus hijos, cada cual más roto por dentro y con más problemas emocionales, provocados por haber crecido en una familia de violencia invisible y sin amor. Grandes interpretaciones también por esa parte: Culkin, Strong y Snook llevan a cabo papeles complicados de forma sobresaliente, y en menor medida por ser más secundario, Ruck. Completando el juego del poder se encuentra Tom y Greg, personajes tragicómicos que poco a poco roban el protagonismo con sus interacciones, además de tener la mejor evolución de la serie. De nuevo las interpretaciones brillan en lo más alto, en especial la de Matthew Macfadyen.

Aparte del nivel actoral, donde destaca la serie es en el guion. He perdido la cuenta de los diálogos ingeniosos, sarcásticos, despiadados o descorazonadores que se pronuncian. Sin duda deja decenas de frases para el recuerdo. Es en parte una comedia absurda, pero mientras se esboza una sonrisa los ojos miran con tristeza, pues por la otra parte es un drama descorazonador. Ningún personaje vale para identificarse con él, son personas horribles o patéticas, los odias al mismo tiempo que te compadeces de ellos, y sin embargo no puedes parar de mirarlos. La serie engancha como pocas, es una droga de porno capitalista, un estrafalario circo de títeres y titiriteros del poder.

Son 4 temporadas de calidad. La primera es tal vez la que más puede descolocar porque no tienes la información necesaria de los personajes pera entender sus procederes, pero engancha. La segunda es la mejor, perfecta, es aquello que dice entre líneas lo que la convierte en la más inteligente, calmada y agobiante. La tercera repite un poco el esquema de la primera, indagando más en la psicología de los personajes para que entendamos por qué parecen andar siempre en círculos. Por último la cuarta está casi al nivel de la segunda, y da gusto ver una serie rematar por todo lo alto.

Familias rotas por el poder, amigos que te apuñalan por la espalda, camaleones de la opinión, chistes sexuales extremos, ironía fina, violencia emocional de sutileza insoportable, envidias y deseos, frases que matan. Una corona para el payaso más triste. Bienvenido al esperpento capitalista.