Después de pensarlo mucho, he llegado a la conclusión de que el gran problema de esta película es su exceso de ambición, buscado de forma consciente o no. Y es que en mi humilde opinión hacer confluir en un mismo guión las relaciones paterno-filiales, la incomunicación de la pareja, la violencia innata del ser humano, la frialdad de las sociedades nórdicas y la crisis de identidad del ciudadano de la globalización es, habitualmente, un suicidio cinematográfico. Y no solo explora todos estos temas de interés humano Susanne Bier con profundidad, con mucho primer plano de miradas perdidas y sentimientos a flor de piel, sino que además le sobra tiempo para meter unos cuantos planos de las grullas migrando por los cielos daneses, a una araña tejiendo y un campamento de africanos pasando las de Caín, porque la solidaridad también mola; todos estos elementos son igualmente supérfluos pero a mucha gente les transmite "sensibilidad" y pátina de "gran cine". En fín, al final la sensación que queda es la de unos actores competentes que se mueven como pueden en un guión poco creíble que se centra en transmitir muchas cosas profundas no rematando ninguna de las subtramas y que queda muuuuy lejos de otro cine removedor de conciencias con infinita más calidad y capacidad de provocación. Pero a esta le han dado un oscar, fíjate tú...

PD: no pude dejar de acordarme de las inmisericordes parodias que hacen los Chanantes a estos directores "¡profundoooooorls....!"