Aún aceptando que el género no siempre ha envejecido bien, es imposible ver un buen musical de la época dorada y que no se te alegre el corazón. Y Singing in the rain es probablemente el mejor. Tiene alguna carencia narrativa, como que la historia que sirve como hilo conductor carece de sustancia, y no siempre acierta encajando los diferentes números pero, ay amigos, éstos son insuperables. Si empezamos por la canción homónima, podemos estar fácilmente ante la escena musical más redonda jamás filmada: todo es de olvidarse de respirar, desde un Gene Kelly sobrenatural a una planificación de una elegancia aún no superada. Pero dado que tenemos otro par de números para la Historia, como el Make them laugh o el Good morning, el conjunto adquiere un empaque insoslayable. En resumen, si debe ver un musical completo que sea éste.