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Voto de Tio Penthal:
4
6.7
13,620
Drama
Drama ambientado en la tumultuosa Irlanda del Norte de finales de los años 60. Sigue al pequeño Buddy mientras crece en un ambiente de lucha obrera, cambios culturales, odio interreligioso y violencia sectaria. Buddy sueña con un futuro que le aleje de los problemas, pero, mientras tanto, encuentra consuelo en su pasión por el cine, en la niña que le gusta de su clase, y en sus carismáticos padres y abuelos.
18 de febrero de 2022
48 de 83 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sé, igual han sido los años los que me han convertido en un cínico, en un sujeto impasible, pero una rápida encuesta a pié de butaca cuando las luces se encendieron me tranquilizó: la película es un tostón. Y tenía ganas de verla, porque el tema de Irlanda es muy sabroso, he estado en la ciudad recientemente, el blanco y negro queda muy artístico, etc etc. Nada. Nothing. Nothing at all. El señor Branagh ha tenido la suerte de que alguien le financie un album de fotos de su infancia y eso es lo que es Belfast, una sucesión de postales para que los indígenas se vengan arriba en el cine, Belfast con solecito, recuerdos variados de la niñez, Belfast bajo la lluvia, y un Outlet del tópico más vulgar que nos quiere hacer pasar por sabidurida. Y Belfast nublado que amenaza lluvia.
Vayamos por partes. El reparto es solvente y desaprovechado, porque el guión fracasa miserablemente a la hora de desarrollar nada de los personajes, ni su trasfondo, ni el trasfondo de The troubles: es un episodio en la vida de una familia que cabe en una servilleta, y ya. Claro, si eres un maestro de la narración, de la dirección de actores y de crear momentos inolvidables igual puedes sacar petróleo de ello, pero Branagh nos deja muy fríos porque no hay una sola línea brillante de diálogo, solo personajes que entran salen, pululan, sueltan tópicos, y miras el reloj porque te estás aburriendo peligrosamenteeeeeaaaaaargh. Para más detalles apasionantes, pasemos a la Zona spoiler.
Vayamos por partes. El reparto es solvente y desaprovechado, porque el guión fracasa miserablemente a la hora de desarrollar nada de los personajes, ni su trasfondo, ni el trasfondo de The troubles: es un episodio en la vida de una familia que cabe en una servilleta, y ya. Claro, si eres un maestro de la narración, de la dirección de actores y de crear momentos inolvidables igual puedes sacar petróleo de ello, pero Branagh nos deja muy fríos porque no hay una sola línea brillante de diálogo, solo personajes que entran salen, pululan, sueltan tópicos, y miras el reloj porque te estás aburriendo peligrosamenteeeeeaaaaaargh. Para más detalles apasionantes, pasemos a la Zona spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Seré franco: todo es vulgar en Belfast. El uso del blanco y negro con algún momento concreto de color (en este caso cuando el protagonista va al cine) es más viejo que el catarro y si la intención era parecer artístico y poético no cuela para nada; eso sí, la fotografía es muy buena. Otro problema serio es que TODA la acción transcurre en una maldita calle. Todita. Claro, si eres un Mankiewicz igual puedes armar 90 minutos de película a base de diálogos, pero aqui queda todo de una pobreza desoladora; meten algún disturbio de tres al cuarto, algún soldado, algún plano de un parque y a correr.
Como he apuntado antes, el reparto es bueno (el niño protagonista es destacable), pero no hay sustancia ninguna en lo que ocurre y por tanto nos da exactamente igual lo que les pase. El padre tiene la cara de Christian Gray y es un tipo que va y vuelve de un trabajo en Londres, pero no se desarrolla nada ni su pasado ni lo que le motiva; ¿es un golferas? ¿es el último hombre íntegro? No queda claro nada salvo que quiere pirarse de Belfast. La madre, pues lo mismo, hace cosas, sufre, paga las deudas del marido pero al final tampoco transmite gran cosa salvo que en Belfast conoce a todo el mundo y que no quiere irse a otro lado. ¿Los niños?: el pequeño hace cosas propias de su edad y sufre por su alma inmortal porque los pastores protestantes tiran de infierno a la mínima (por favor, vaya escena la del gordo sudoroso soltando el sermón), y el mayor... como si fuera un mueble, no suelta dos líneas seguidas. Luego hay un chulito que se la tiene jurada al padre y que compone el macarra odia-católicos más triste de la Historia del cine. Y llegamos a los abuelos, interpretados por actores de gran solvencia que para desespero del respetable poco pueden hacer para sortear el desastre: intuímos una relación entrañable de amor entre ellos, una relación entrañable con hijo y nietos, pero a pesar de ello Branagh no logra emocionarnos, y Judy Dench se pasa la película rezongando y Ciaran Hinds soltando verdades de perogrullo que Kenneth quiere hacernos pasar como si fueran de Platón. Y a eso me refiero con lo de "vulgaridad": todo gira en torno a la tolerancia, pero explicado en un nivel Párvulos, de una forma tan pedestre y básica, que uno solo puede encogerse de hombros. Y ya para finalizar el despelleje, la dirección... El principio de la película quiere anticipar algo con un mínimo brío, y vemos algún plano secuencia, algo más imaginativo, pero a partir de ahí nos sumergimos en el Reino del primer plano (que hace que todo sea más íntimo y más auténtico, es como el ketchup de las emociones audiovisuales) y de plano para arriba de la calle y plano para abajo de objetos cotidianos... de la calle.
En resumen, no recomendable salvo que se haya sido compañero de pupitre de Branagh.
Como he apuntado antes, el reparto es bueno (el niño protagonista es destacable), pero no hay sustancia ninguna en lo que ocurre y por tanto nos da exactamente igual lo que les pase. El padre tiene la cara de Christian Gray y es un tipo que va y vuelve de un trabajo en Londres, pero no se desarrolla nada ni su pasado ni lo que le motiva; ¿es un golferas? ¿es el último hombre íntegro? No queda claro nada salvo que quiere pirarse de Belfast. La madre, pues lo mismo, hace cosas, sufre, paga las deudas del marido pero al final tampoco transmite gran cosa salvo que en Belfast conoce a todo el mundo y que no quiere irse a otro lado. ¿Los niños?: el pequeño hace cosas propias de su edad y sufre por su alma inmortal porque los pastores protestantes tiran de infierno a la mínima (por favor, vaya escena la del gordo sudoroso soltando el sermón), y el mayor... como si fuera un mueble, no suelta dos líneas seguidas. Luego hay un chulito que se la tiene jurada al padre y que compone el macarra odia-católicos más triste de la Historia del cine. Y llegamos a los abuelos, interpretados por actores de gran solvencia que para desespero del respetable poco pueden hacer para sortear el desastre: intuímos una relación entrañable de amor entre ellos, una relación entrañable con hijo y nietos, pero a pesar de ello Branagh no logra emocionarnos, y Judy Dench se pasa la película rezongando y Ciaran Hinds soltando verdades de perogrullo que Kenneth quiere hacernos pasar como si fueran de Platón. Y a eso me refiero con lo de "vulgaridad": todo gira en torno a la tolerancia, pero explicado en un nivel Párvulos, de una forma tan pedestre y básica, que uno solo puede encogerse de hombros. Y ya para finalizar el despelleje, la dirección... El principio de la película quiere anticipar algo con un mínimo brío, y vemos algún plano secuencia, algo más imaginativo, pero a partir de ahí nos sumergimos en el Reino del primer plano (que hace que todo sea más íntimo y más auténtico, es como el ketchup de las emociones audiovisuales) y de plano para arriba de la calle y plano para abajo de objetos cotidianos... de la calle.
En resumen, no recomendable salvo que se haya sido compañero de pupitre de Branagh.