A partir de la polemica situación que vive Rusia y las manifestaciones en Sochi acerca de la homosexualidad en ese país, aunado a la nueva categoría que obtiene en Uganda, se nos indica la prevaleciente intolerancia que existe acerca de la preferencia sin importar si hablamos del primer o tercer mundo. "Caída libre" viene a ser otro testimonio en ficción de esa falta de respeto hacia quienes optan por asumir esa postura.

El azul es azul conferido a los roles de protección, al uniforme que viste a la ley, en un ámbito sin derecho a flaquear y menos aun a mostrar su autentico yo. Dicho argumento sirve para la propuesta de Stephan Lacant, quien acompaña a Marc, su protagonista en faceta de hombre casado, a punto de ser padre al que abruptamente se le rompe el esquema de su sexualidad concebida en un entorno familiar intolerante hacia otro estilo de vida, afrontándola con dificultad por la presión interna y social con que lidia a diario.

Las películas con esta temática vienen mayoritariamente a regirse por los mismos estándares de situación y conducta de sus protagonistas, sin embargo considero que el agregado para cada director es saber contar una historia con algo menos gastado que los recursos de la presión social predominantes en el género. Hoy caída libre se queda en la interesante manera de abordar a través de los ojos de un policía esa condición sexual, que lo pone al limite, lo tira, para posteriormente reconsiderar todas las posibilidades que tiene para continuar la vida.*

Sin algo nuevo o impactante, Lacant se limita a dar muestra de una sociedad no tan avanzada como la alemana en cuestiones de respeto y sí plagada de tabúes.