Comedia apta para todo los públicos que se puede disfrutar como un agradable entretenimiento y que destaca sobre todo por la excelente química que trasmiten Cary Grant y Sophia Loren en pantalla, a pesar de la sustancial diferencia de edad que existía entre ellos: él 54 años, ella 25. Loren da vida a Cintia, una bella italiana hija de un famoso director de orquesta que, cansada de la vida de la alta sociedad, comienza a trabajar para cuidar a los tres hijos de Tom (Cary Grant), un abogado recién enviudado, esta especie de Mary Poppins, un espíritu indomable en busca de un entorno en el que oxigenarse, se dedicará a cambiar por completo el clima familiar, hasta el punto que el protagonista no tardará en caer rendido a su temperamental carácter y su ocurrente personalidad. A su lado el galán otoñal Cary Grant el papaíto que se tiene que hacer cargo de sus tres retoños, por cierto, alguno de ellos bastante traviesillo, fantástico como siempre. A destacar también la siempre elegante y sofisticada belleza aristocrática de Martha Hyer y la simpatía de Harry Guardino, un tipo muy torpe y con un morro que se lo pisa que trata de arreglar los desperfectos que va originando.

Una agradable comedia apta para toda la familia, un retrato familiar construido bajo una estimulante sucesión de estampas, bellas canciones y gags de lo más variopinto con el fin de que todas las generaciones pudiesen disfrutar.