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Voto de Juan Marey:
9
Terror Inspirada en el relato homónimo de Edgar Allan Poe (1809-1849). Philip Winthrop (Mark Damon), un joven muy apuesto, se presenta en la sombría mansión de los Usher para pedir la mano de su amada Madeline, pero Roderick Usher (Vincent Price), el hermano de ella, se opone al matrimonio alegando que Madeline padece una extraña enfermedad que acabará pronto con su vida. Esa misma noche, hechos sobrecogedores comienzan a ocurrir en la ... [+]
19 de mayo de 2013
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando el bueno de Philip (Mark Damon) quiere dejar junto con su prometida Madeleine (Myrna Fahey) la mansión familiar de los Usher, se encuentra con la misteriosa oposición de su hermano, el hipersensible Roderick Usher (Vincent Price), que insiste en que la locura se ha instalado en su familia desde hace generaciones y quiere que con él y su hermana muera la última generación de los Usher para así acabar con la maldición. El bueno de Philip no es de extrañar que lo flipe en colores.

La primera adaptación de Edgar Allan Poe por Roger Corman que fue también su primer éxito internacional, en un film con una ambientación fantasmagórica y sugestiva, a la altura de su precedente literario. Corman ofrece todo lo que se espera de una película de terror: ambiente decadente, personajes con un comportamiento extraño, decorados barrocos, romanticismo sobrecogedor, atmósferas claustrofóbicas en esa casa de la que no se sale, con esos tenebrosos pasillos, esas puertas que suenan, ese ataúd cerrado… Logra que en su hora y cuarto de metraje no se pierda el interés, pocos medios, poco dinero y poco tiempo pero gran talento de un director acostumbrado a la serie B.

Una gran película en la que además de la acertada dirección de Roger Corman (sorprendentemente sobria para sus estándares), tenemos un muy bien equilibrado guión del cual es responsable Richard Matheson, quien sabe aprovechar al máximo el auténtico encanto de las casas embrujadas. La otra piedra angular de la película está, por supuesto, en la presencia del actor Vincent Price en el papel de Roderick Usher, Price está simplemente inmenso. Mención especial también para la persona que dio forma a esa fantasmagórica casa, el magnífico diseñador de producción Daniel Haller, que viste los interiores de la mansión de colores y tejidos cálidos y decadentes a un tiempo, a la que la magistral fotografía de Floyd Crosby (quien otrora trabajara al lado de Murnau, Nicholas Ray o Fred Zinnemann) imprime vida propia, entidad y misterio.
Juan Marey
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