Siempre se termina echando de menos aquello que ya se ha perdido y yo era demasiado joven cuando el genial cómico Gene Wilder dejó la actuación, pero viendo ‘Terrorífica luna de miel’, no puedo más que añorar a un maestro que sabía generar risas por dónde pasaba. Aquí, a ambos lados de la cámara, intenta una fusión de géneros que no termina de funcionar, pero al menos se molesta en contar una historia y no dejarla en una spoof movie del montón.

Wilder encarna a Larry, que está en su mejor momento gracias a su programa de radio y a que se ha comprometido con su compañera Vicky. Pero, a partir de ahí, comienza a sentirse raro (¿Será la presión de la boda?) y su psiquiatra decide meterle un susto de muerte antes del enlace para solucionarlo. Si a eso le sumamos que creció en un castillo que da mala espina y que su familia tampoco parece estar muy cuerda, tenemos los ingredientes necesarios para la aventura que Wilder nos propone.

Así, pasamos del thriller al terror sin perder de lejos el toque de loca comedia que tiene la película. Pero, como os decía, la fusión de géneros no siempre funciona y algunas secuencias quedan demasiado inconexas. Aún así, se agradece su corta duración y algunos de sus gags, que están tremendamente conseguidos.

‘Terrorífica luna de miel’ es una comedia simple y entretenida, pero es inevitable lo mal que ha envejecido en comparación a otras de su quinta.

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