A pesar de que la sensación final que me ha dejado la película es de que me ha gustado (pero tampoco para tirar cohetes) debo empezar señalando los principales fallos del film. Hay tres enemigos principales que convierten esta película en un pasatiempo muy mundano a pesar de que podría haber sido una grandísima película de acción y vamos a nombrarlos por partes:

El primero es su director, David Ayer, que tras la inaguantable por estética ‘Sin Tregua’ ha dado un giro a su carrera mostrando escenas de acción sin cortarse en un pelo. Y mira que ‘Street Kings’ es la mar de curiosa y divertida. Pero de un tiempo a esta parte ha dejado la línea de lo que se puede mostrar y de lo que no tres pasos más allá. Hay una escena de esta película en la que vemos intestinos y cuando Ayer debería cortar la imagen, el tío reincide sobre ella. Y si todo tuviese un porqué, una moraleja, o un significado se lo perdonaría, pero no. No veo el motivo por ningún lado. Es como si empezase a usar eso como marca de la casa, al igual que rodar los tiroteos con la Steady Cam a modo de videojuego. Tiene su gracia sí, pero lo mucho cansa. Y es que Ayer va a mostrarse en todas sus facetas, el tío no se corta en absoluto, así que si te pasó como a mí y no comulgaste con su última película, te va a costar conectar con esta.

El segundo responsable es Skip Woods, un tipo que se ha instalado en la meca de Hollywood sin saber escribir un guión decente (y podría ser cruel y decir que ni sabe escribir). Como guionista es de lo peorcito que he visto y le tengo bastante manía por ser el responsable del libreto de la última ‘Jungla de Cristal’ donde solo había ideas sueltas.

Aquí, en ‘Sabotage’, el caso es bastante sangrante porque el guión no es que sea pobretón, es que deben ser solo un par de páginas repletas de palabras malsonantes con los que todo el reparto tiene que hacer maravillas (y hacen maravillas).

Y el tercero son los productores, que al parecer mandaron cambiar el final porque el que rodó el director no era de su agrado. En vez de eso se sacaron de la manga un tiroteo final en un bar mejicano con un Chuarche con sombrero tejano y todo que roza lo ridículo. Buscando por la red he leído el final de verdad, mucho más acertado.

Apartados esos tres elementos discordantes, el resultado final es una burra cinta de acción que contiene unas cuantas de las mejores interpretaciones que he visto en una película de acción en mucho tiempo.

Me tengo que quitar el sombrero con los Arnold Schwarzenegger (que tras la magnífica ‘El último desafío’ y la decente ‘Plan de Escape’ sigue en racha), Sam Worthington, Olivia Williams, Terrence Howard, Joe Manganiello (este es genial), Mireille Enos, Max Martini o Josh Holloway porque su energía, su descaro y su capacidad interpretativa elevan la película por encima de lo habitual. He visto más registros a Schwarzenegger en esta película que en toda época de cuando iba a ser Gobernador de California. El reparto es el verdadero sentido de la cinta.

Parece excesivo analizar tanto una película de acción, pero es que lo que suele suceder en este tipo de cintas es encontrarte con actores que van a cobrar el cheque, y aquí ocurre justamente lo contrario.

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