Si, admírenlo por lo que hace, por lo que él es y no por lo que ustedes quieren que haga, eh salido felizmente estafado de esta aventura, cualquiera que conoce las idas y venidas de Tarantino conoce sus atropelladas relaciones con los medios, con productoras de cine, con sectores sociales políticamente correctos y se da cuenta que este personaje es por demás irritable, perverso por momentos pero a fin de cuentas autentico, pero lograr una fractura con sus propios seguidores por su forma de hacer cine era algo inesperado y es que si había un director que tome la histórica masacre de Sharon Tate era tarantino, quien mejor que este desquiciado director para una desquiciada historia... uffff, muchos fanáticos ya nos frotábamos las manos para ver su novena película pero antes del platillo principal debíamos poner en contexto toda esa violencia, por lo que dos iconos de hollywood se dan a la tarea de hacer llevadero este viaje, el primero es Brad Pitt quien interpreta a un doble de acción venido a menos, pero eso si con mucha actitud y una estética favorable, el segundo es Leonardo DiCaprio quien aquí demuestra ser justo ganador de un oscar, su representación fue lo mejor de la película y al parecer merece otra estatuilla, otro punto alto son los diálogos irreverentes, con la total falta de tacto que caracteriza a tarantino, genial ahí, lo que también resalta es como tarantino evoluciona y va puliendo su forma de hacer cine, es innegable que a mejorado su técnica tanto en secuencias como en fotografía.
Pero por fin en el epilogo de la entrega llega la sangre, la violencia, el dolor y los gritos que se apoderan de la pantalla presagiando la inminente tragedia del final, que cruel tragedia Tarantino, jugaste con mis sentimientos.