Producción turca que solo sabrán apreciar en su justa medida los más recalcitrantes anti-USA y los paisanos y familia mas allegada de los responsables de su realización, si no cumples ninguno de los requisitos anteriormente mencionados, es más que probable que solo veas un infumable bodrio, comparado con el cual las películas de Chuck Norris son de arte y ensayo y en la que te preguntas constantemente qué coño pintan los descerebrado de Billy Zane y Gary Busey en estos berenjenales (éramos pocos y pario la abuela, el Gary Bussey de colega de causa del Billy Zane, ¡casi nada!)