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Voto de Fred Madison:
8
Voto de Fred Madison:
8
7.5
7,081
12 de septiembre de 2012
12 de septiembre de 2012
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
De entrante, de escena en escena, ocurren cosas muy improbables. Seducción contínua en minutos con la entrada de Elsa Martinelli y aturdimiento de nuestro protagonista, ante tanta perversión y conspiración en su vida.
De plato principal tenemos a Perkins envolviéndose poco a poco en su locura...cavándose su propia tumba poc á poc. Con planos perfectísimos y bien ensayados, denotando una gran fotografía. Durante toda la película hace alarde de su gran encuadre fotográfico. Cabe destacar la gran profundidad que le da a la trama, dejándote en la propia perplejidad del protagonista.
De segundo plato, servido bien frío, exquisito guión del ``traductor´´ Welles, no queda indiferente ante su simple pero fructífero cameo. Sin dejarnos por detrás el resto del reparto, formado por Perkins, Schneider, Moreau, Martinelli y los tres agentes de policía aparentemente con asuntos turbios sobre sus manos, y los tres compañeros de trabajo, saliendo ocasionalmente en varias escenas, dejando helado 'al personal' por su oscura presencia ayudado de la gran fotografía Edmond Richard.
Y para finalizar, de postre bien frío, tenemos al protagonista metido en su tumba cavado por él mismo durante años...
Ya se desploma creyéndose a salvo,
se dispone para el coma pero se olvida de algo.
No tiene control y un sollozo involuntario,
convierte su cama en un pozo y allí se retuerce.
Éxtasis extraordinario que nadie merece,
entre la angustia y el gozo, el dolor y el placer se mecen.
Joven atormentado su nombre da igual,
es el final de esta pesadilla real porque él ya duerme...
De plato principal tenemos a Perkins envolviéndose poco a poco en su locura...cavándose su propia tumba poc á poc. Con planos perfectísimos y bien ensayados, denotando una gran fotografía. Durante toda la película hace alarde de su gran encuadre fotográfico. Cabe destacar la gran profundidad que le da a la trama, dejándote en la propia perplejidad del protagonista.
De segundo plato, servido bien frío, exquisito guión del ``traductor´´ Welles, no queda indiferente ante su simple pero fructífero cameo. Sin dejarnos por detrás el resto del reparto, formado por Perkins, Schneider, Moreau, Martinelli y los tres agentes de policía aparentemente con asuntos turbios sobre sus manos, y los tres compañeros de trabajo, saliendo ocasionalmente en varias escenas, dejando helado 'al personal' por su oscura presencia ayudado de la gran fotografía Edmond Richard.
Y para finalizar, de postre bien frío, tenemos al protagonista metido en su tumba cavado por él mismo durante años...
Ya se desploma creyéndose a salvo,
se dispone para el coma pero se olvida de algo.
No tiene control y un sollozo involuntario,
convierte su cama en un pozo y allí se retuerce.
Éxtasis extraordinario que nadie merece,
entre la angustia y el gozo, el dolor y el placer se mecen.
Joven atormentado su nombre da igual,
es el final de esta pesadilla real porque él ya duerme...